Cayetana Blanco Masaveu (Oviedo, 1990) es de esas personas que puede presumir de haber hecho realidad los sueños profesionales que tenía desde niña. "Siempre tuve claro cuáles eran mis preferencias. Desde pequeña me gustaba crear mis propios estilismos y rediseñar la ropa que me compraban mis padres", cuenta la joven, hija de la exconcejala ovetense Alicia Castro Masaveu y de Silverio Blanco.

Este mes cumplirá 25 años, y a pesar de su juventud, en su currículum ya figuran periodos laborales en algunas de las empresas más importantes del sector de la moda como Ralph Lauren, Yves Saint Laurent o Jimmy Choo. Ha vivido en Londres, en París, y actualmente reside en Milán. Se ha formado en los centros educativos más prestigiosos en el campo del diseño, el Istituto Marangoni y la Central Saint Martins. Y tras hacer sus primeros pinitos con el textil, hace dos años, descubrió que lo suyo era la joyería. Se marchó a Milán para hacer un máster sobre joyería y gemología, y consiguió atraer a marcas de prestigio como Schreiber y Damiani, con las que ya ha realizado trabajos en colaboración. Ahora, ultima los detalles de su primera colección propia. Joyas sofisticadas y actuales con las que pretende captar al público más joven.

Aunque siempre tuvo clara su vocación, su camino hacia la joyería no fue lineal. "Cuando terminé el colegio, con 17 años, me trasladé a Londres con el fin de estudiar Diseño de Moda en el Istituto Marangoni y completar mis estudios en la Central Saint Martins. Allí también inicié mi trayectoria profesional, primero en el departamento de comunicación de Jimmy Choo, y después en Ralph Lauren, donde trabajé en el 'showroom' y también hice labores de comunicación". Su siguiente parada fue París, en la que su amor por la ciudad y una dosis de suerte se conjugaron perfectamente para ofrecerle una oportunidad de residir en ella. Una estancia que parecía predestinada para Cayetana, ya que fue en la ciudad de la luz en la que descubrió su camino profesional. "Viajé a París en el año 2012 para colaborar con Diane Von Furstenberg, durante la Semana de la Moda. Me quedé prendada de la ciudad. Y tras dos meses de inmersión en el idioma, conseguí una oportunidad de trabajo como 'showroom sales executive' (ejecutiva de ventas) para Saint Laurent París. Fue ahí cuando trabajé directamente con el departamento de joyería y accesorios y me di cuenta de que era realmente lo que me gustaba".

Aunque considera que si se hubiera quedado en España no habría tenido las oportunidades profesionales de calidad ni la formación especializada que ha tenido en el extranjero, Cayetana Blanco es de las que barre para casa. "Los asturianos somos gente muy creativa, de esta región ha salido gente con una excelente calidad en la joyería, como por ejemplo las Quirós o Laura Ponte", afirma. Por eso, aunque a corto plazo no baraja su vuelta, no la descarta. "Me encantaría regresar a España, pero en estos momentos Milán, como centro y capital de moda, me está ofreciendo una serie de posibilidades que no quiero ni puedo desaprovechar".

Hasta hace poco, Cayetana trabajaba para terceros o hacía creaciones "siguiendo las directrices que nos marcaban los profesores". Pero ha dado un paso firme y sus deseos de tener una colección propia se han hecho realidad. "Cuando terminé de estudiar en el Istituto Marangoni de Londres mi primer impulso fue lanzarme al diseño de una colección de textil, pero nunca lo tuve claro. En el proceso me surgieron muchas dudas, por lo que decidí hacer un parón". Justo lo contrario a lo que le ha pasado con la joyería. "Estamos acostumbrados a que este término se asocie con un concepto serio y sobrio. Sin embargo, en mis diseños trato de aunar sofisticación y diversión en un mismo concepto para llegar a un público más joven". Pero querer cambiar las reglas de este sector no significa perder de vista a los grandes referentes que la acompañan siempre: "Alexander Calder, Paloma Picasso y el Duque Fulco di Verdura".

Acaba de arrancar, pero ya tiene claro cuál le gustaría que fuera su perfil de clientas. "Mujeres jóvenes, sofisticadas y divertidas, a las que les gusten las joyas sin necesidad de ostentación". Y también sabe cómo llegar a ellas. "Me gustaría vender mis piezas a través de 'concept stores' como Colette en París o Excelsior en Milán. Mi página web está en proceso de creación, pero aunque considero que el comercio electrónico es el futuro, en el sector de la joyería va todo un poco más lento por las características particulares del producto". Por sus inicios, parece que estamos delante de un futuro nombre propio del diseño español.