Desde Miami, siguiendo la estela de la devoción mariana en Europa, llegó ayer a Oviedo un grupo de peregrinos. Cerca de cuarenta personas hicieron escala en la capital, tras haber pasado la tarde en Covadonga y celebrar una misa en su santuario. Hoy, a primera hora tenían previsto emprender el trayecto en autobús hacia Lourdes, en Francia. Entre ellos viajan puertorriqueños, cubanos, dominicanos, mexicanos, peruanos y colombianos, y muchos son descendientes de asturianos, que aprovecharon su paso por la región para reencontrarse con sus familiares.

El sacerdote Jaime Acevedo capitanea la animada cuadrilla, en la que hay más de uno que ronda los noventa años. Los peregrinos son miembros de dos parroquias de Miami, la de la Madre de Nuestro Redentor y la del Príncipe de la Paz.

"Covadonga es un lugar increíblemente bonito, precioso", comentaba ayer por la tarde Acevedo, al que todos sus compañeros de viaje se refieren como "el padre Jimmy". "Llevamos todo el viaje recordando", reconocía una de las peregrinas más veteranas, Emilia Rodríguez Naveiras, que no pisaban tierra asturiana desde hace cincuenta años.

La peregrinación arrancó en Miami. Su primera escala fue Fátima, en Portugal, donde pasaron dos noches; de allí se encaminó a Santiago de Compostela, adonde llegó el martes. El día de ayer pasó por Covadonga y llegó a Oviedo a media tarde. Los miembros de la expedición dispusieron de unas horas para recorrer el casco antiguo y tomarse unas sidras. Hoy siguen su camino, que les llevará hasta Lourdes, Barcelona y Zaragoza, donde tienen programada una visita al santuario del Pilar. Acabarán en Ávila, con el cierre de los actos conmemorativos del aniversario de Santa Teresa. "El 15 de octubre salimos de vuelta hacia Miami", indicó Acevedo.

Ana Ramos, la guía del grupo, constata que muchos de los participantes en la peregrinación la aprovechan para reencontrarse con sus parientes a lo largo del itinerario. "Quien no tiene familiares asturianos los tiene en Galicia o en otros lugares de España", señala.