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La Corredoria

El poblado chabolista amplía fronteras

Diez familias con niños residen en los prados de La Malata, en La Corredoria, donde tienen huertos, caballos y cerdos

Caravanas, tiendas y más chabolas en otro punto del poblado. J. R.

Los asentamientos del poblado chabolista de La Corredoria se propagan al mismo ritmo que los plumeros de la pampa que crecen en el mismo lugar, a orillas del río Nora, en el límite de Oviedo y Siero. Aunque el campamento -en el que residen menores de edad- lleva varios años en pie, en los últimos meses se ha expandido hasta ocupar un terreno considerable entre la carretera y las vías del tren, con huertos, caballos y hasta ganado porcino. Según los residentes de la zona, una docena de familias estaría residiendo en este momento en los prados de La Malata, tierra de nadie.

Para los vecinos de La Corredoria el poblado es ya una parte habitual del paisaje. Y aunque se han acostumbrado, se dan cuenta de que hay algo chirría, que no va bien. "Las hogueras nocturnas suelen coincidir con los días más fríos del año. Te molesta el humo porque queman plástico, pero te das cuenta de que ahí viven niños que están pasando frío", explica un vecino de la zona.

El poblado está perfectamente estructurado en varias zonas separadas. Los más veteranos están instalados en caravanas ubicadas en parcelas convenientemente delimitadas y colindantes con la carretera que une La Corredoria con Lugones. Estos días los residentes dieron una mano de pintura verde a su casa con ruedas. Se ocupan, además, del mantenimiento del colosal cierre que separa las parcelas de la acera por la que circulan los peatones. Al lado de estas parcelas, en la parte más próxima a La Corredoria, se ubican unos asentamientos también veteranos, pero aún más humildes. Estas familias residen en tiendas de campaña rodeadas por lonas y cuerdas en las que tienden la ropa, la mayoría de niños. Los últimos moradores se han instalado en la parte de atrás del poblado, en dirección a la vía del tren. Por esta zona acceden con sus vehículos al asentamiento chabolista.

Han sido varios los incidentes relacionados con este poblado en los últimos años. Este mismo verano, no se produjo una tragedia de milagro. Una bombona de gas explotó en una de las chabolas y provocó un incendio. Por fortuna no hubo que lamentar heridos porque en ese momento nadie se encontraba cerca. Un año antes, en marzo de 2014, el fuego arrasó una chabola de madera en el mismo lugar. La familia que vivía allí resultó ilesa porque logró salir antes de que las llamas se extendieran. La causa: una vela encendida que se cayó sobre un colchón. Aunque el Ayuntamiento erradicó los principales focos de chabolas del municipio hace doce años, en La Corredoria hay familias que viven debajo de un puente.

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