Las horas previas a la muerte del pequeño Imran, su padrastro -acusado de asesinato al igual que la madre del pequeño- entró tres veces a robar en el taller de coches en el que trabajaba en el barrio de Ventanielles.

Las imágenes, a las que ha tenido acceso en exclusiva LA NUEVA ESPAÑA, muestran a un David F. V. totalmente ido, probablemente tras haber consumido drogas. La primera vez que entra a robar, el viernes 24 de octubre pasadas las doce de la noche, parece más tranquilo. Va directo a la oficina y se lleva unos billetes de la caja registradora. Se supone que con ellos compró droga, tal y como declaró en sede judicial.

Las cámaras de seguridad registraron a David entrando de nuevo a su lugar de trabajo unas horas después, a las cuatro de la mañana. Vuelve a la caja registradora de la oficina y se lleva más dinero.

Ya cambiado de ropa, al día siguiente, el sábado 25 de octubre, entró al taller para llevarse un ordenador. En las imágenes se ve que le cuesta mantenerse en pie. De hecho, para robar el portátil se pelea con unos cables, que no logra desenchufar, tropieza en varias ocasiones y el ordenador se le acaba cayendo de las manos. La causa del robo se está instruyendo en un procedimiento judicial diferente, aunque en el mismo juzgado de instrucción número 3. Sus jefes, tras percatarse del robo y ver el vídeo de las cámaras de seguridad, fueron a pedir explicaciones a David el lunes. Según su testimonio, Fadila abrió la puerta del domicilio y les dijo que David no estaba y el niño tampoco, que lo había enviado a Málaga con su familia. Más tarde consiguieron entrevistarse con David y vieron que estaba completamente drogado. Supuestamente Imran murió en la madrugada del sábado al domingo, unas horas después de las imágenes del robo.