Luis Alberto Martínez, propietario de Casa Fermín junto a su esposa María Jesús Gil, está de enhorabuena. Él y toda la familia. Ayer, con el enlace de su hijo Guillermo Martínez Gil con Laura Velasco Díaz, veían como se materializaba la continuidad del linaje familiar al frente del reputado y popular restaurante ovetense. El flamante matrimonio trabaja codo con codo en el establecimiento y es la cuarta generación de la familia que sostiene el negocio fundado en 1924 por Fermín García y Ana Martínez, los abuelos de la madre del novio.

Guillermo Martínez y Laura Velasco contrajeron matrimonio ayer por la mañana en el Ayuntamiento de Oviedo, en un acto sencillo y emotivo que fue presidido por el concejal de Economía, Rubén Rosón.

Junto a los padres del novio, sentados en primera fila, estuvieron los de la novia, Isabel Díaz y Corsino Velasco.

Fue la nueva esposa la que tomó la palabra. "Formamos un gran equipo pero no estamos solos", dijo, dirigiéndose a su flamante marido y a sus parientes y amigos. Repasó y agradeció la contribución que todos ellos han hecho a sus vidas y acabó declarando que "ya no hay dos familias estupendas, ahora hay una y sublime".

Luis Alberto Martínez, visiblemente ilusionado con la boda de su hijo, contó al acabar el enlace que el nuevo matrimonio se conoció en el establecimiento familiar. Ambos son titulados en Administración y Dirección de Empresas, ella hizo después un grado superior en Restauración y unas prácticas en Casa Fermín. Los dos jóvenes, según Luis Alberto Martínez, están totalmente involucrados en el restaurante y Guillermo Martínez, su hijo, gestiona la cocina junto a él. "Con ellos continúa el negocio familiar", manifestó.

Después del acto en el Ayuntamiento, la celebración se trasladó al palacio de la Rúa, 15. El menú del banquete nupcial llevaba la firma de Casa Gerardo y el maestro pastelero Miguel Sierra, que se encargó del postre.

Para la ocasión eligieron un aperitivo "variado y divertido", según Luis Alberto Martínez, en el que había desde sorprendentes esferificaciones de gazpacho al clásico jamón Joselito.

Mero del Cantábrico y cochinillo fueron la parte más contundente del menú de boda del hijo del reconocido restaurador ovetense.