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Una ovetense entre Borbones y Grimaldis

Maite Fernández Alonso forma parte de la tripulación del barco de Carlos de Borbón-Dos Sicilias que ganó uno de los famosos Desafíos de Saint-Tropez al yate de Alberto de Mónaco

Sobre estas líneas, el "Genie" con su "spi" totalmente desplegado. A la derecha, la disputa entre el barco de Carlos de Borbón y el "Tuiga".

Es algo así como la competición de remo entre los estudiantes de Oxford y Cambridge, pero en la paradisíaca Costa Azul, en medio de un ambiente de lujo total y con velas en vez de esforzados remeros. La localidad francesa de Saint-Tropez fue escenario hace pocos días de una regata entre dos tripulaciones que, de algún modo, representan a dos de las grandes dinastías reales europeas: la de los Borbones y la de los Grimaldi. Uno de los barcos estaba capitaneado por Carlos de Borbón-Dos Sicilias (duque de Castro); en el otro, Alberto de Mónaco cedió el timón al presidente del Club Náutico de su Principado. Y allí estaba una ovetense, Maite Fernández Alonso, como tripulante del velero de los Borbones, que se proclamó ganador de un prestigioso duelo que, además de una faceta deportiva, incluye una finalidad humanitaria.

"Ha sido mi primera experiencia en esta competición. Me ha parecido impactante", explica vía telefónica Maite Fernández Alonso, quien destaca "tanto la parte deportiva como el ambiente que la rodea y, sobre todo, los magníficos compañeros a los que me he encontrado aquí".

A bordo del "Genie of the lamp" (Genio de la lámpara), esta ovetense de 38 años ha desempeñado las funciones de asistencia en maniobras de proa y de manejo del "spi", la vela de mayor envergadura del barco. Una de las fotos que ilustra este reportaje, con el "genio" como estandarte del "spi", permite hacerse una idea del volumen de tela que la marinera ha de plegar y desplegar en un plazo de tiempo mínimo.

Maite Fernández Alonso se define como "marino profesional y navegante vocacional". Se trata de tareas que muy poco tienen que ver con su carrera de Bellas Artes en la Universidad de Salamanca, a la que accedió después de cursar estudios en el colegio San Ignacio de Oviedo. Ha vivido en varios países, y se maneja en inglés, francés e italiano. A lo largo de su trayectoria ha trabajado en varios sectores, entre ellos el diseño de ropa para una gran multinacional. Y sin embargo... Mejor ceder la palabra a la propia interesada.

-Empecé a navegar casi por casualidad en Italia, en el año 2004. Me enamoré de la vela, de la vida aire libre, del mar... Ya no pude parar. Durante cuatro años estuve compaginando el trabajo de diseño con las temporadas en el mar, y en paralelo fui haciendo mis estudios de náutica profesional: patrón portuario en España y capitán 200 vela en la Bretaña francesa, cuna de marinos.

Acto seguido, en su relato se entremezclan los motivos profesionales y los afectivos.

-En 2009 conocí a Fred navegando en Bretaña. Compramos un pequeño barco de nueve metros, "La Belle Helene", y nos hicimos a la mar. Desde entonces vamos alternando la navegación profesional y la personal: Francia, Portugal, España, Marruecos, Cabo Verde, travesías por el Atlántico o el Caribe...

Y apostilla, con humor:

-Teniendo en cuenta que en el Planeta hay más agua que tierra, aún nos queda mucho por navegar.

Por obligación y por devoción, Maite Fernández ha podido zambullirse de lleno en el espectáculo que, desde 1981, se organiza en torno a Les Voiles de Saint-Tropez y que viene a representar la clausura de la temporada náutica. Se trata de una regata que, a lo largo de una semana, ha congregado a un total de 330 embarcaciones, con unos 4.000 marinos venidos de todas las latitudes. En otras palabras: un festival de la navegación, considerado por algunos como la cita más fastuosa de yates clásicos y barcos modernos de alto rendimiento.

El jueves -en este caso fue el jueves 1 de octubre- es el día que Les Voiles de Saint-Tropez dedican a los "Défis", desafíos individuales entre barcos. De dos en dos, las tripulaciones se retan en una regata sin tregua. El duelo "Genie"-"Tuiga" ha servido para celebrar el vigésimo cumpleaños del barco de Carlos de Borbón-Dos Sicilias. Con su victoria, este supermoderno velero de la línea "Wally", construido en 1995, se ha impuesto al venerable "Tuiga", de 1909. Pero, en lo que a Maite Fernández Alonso atañe, lo que ha triunfado por encima de todo es la transformación de un hobby en una pasión vital.

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