"Les Luthiers" se despidieron de Oviedo tras cinco funciones en el Auditorio en las que el público disfrutó con su fino humor. Representaron la antología "¡Chist!", que evoca algunos de sus números más gloriosos utilizando como hilo conductor a dos políticos corruptos que quieren cambiar el himno de su país para favorecer los intereses de su partido y del presidente de la República. Por medio, las historias del gran Mastropiero, siempre evocado por Marcos Mundstock, y pasajes tan gloriosos como "La hija de Escipión", el bolero, el rap o alguna nueva incorporación como el dúo folk ecológico.

Cada noche, prácticamente todas las butacas del auditorio Príncipe Felipe estuvieron ocupadas. A una capacidad de 1.535 personas, salen 7.675 en un recuento oficioso al que se le pueden restar las escasas sillas que pudieron quedar sin ocupante (anoche había unas pocas vacías, posiblemente de invitaciones de los artistas, por su ubicación) para acercar a 7.500 espectadores, la que sería una cifra aproximada de asistentes reales.

En conclusión, que Oviedo disfrutó de cinco días de carcajadas, risas y sonrisas con el talento casi inalcanzable de Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortés y Carlos López Puccio, junto a Martín O'Connor y Horacio (Tato) Turano, las nuevas incorporaciones a la formación humorística tras el fallecimiento de Daniel Rabinovich. "Les Luthiers" se despidieron dejando la risa puesta en la boca de miles de seguidores y la sensación de que los argentinos siguen funcionando.

Su visita a Oviedo puede incluso haber servido de semilla para el futuro, porque los representantes del grupo humorístico aprovecharon el paso por la ciudad para iniciar una negociación con el Ayuntamiento para regresar en 2017 con motivo de los 50 años de "Les Luthiers" en el mundo del espectáculo.