La Cruz Roja de Asturias alquilará en Oviedo apartamentos destinados a la acogida de los refugiados sirios que desde el verano siguen entrando en Europa al huir de su país por la guerra civil o por la persecución y violencia del Daesh, también autodenominado Estado Islámico.

"Con nuestros recursos nos llegaría para pagar esos alquileres, que servirán para una primera acogida, explicó ayer Celia Fernández, presidenta de Cruz Roja Española en el Principado de Asturias. "Nos conviene que las familias vivan en apartamentos que estén lo más cercanos posible, porque en los primeros momentos tendremos que realizar muchas gestiones con ellos, por ejemplo, de documentos".

Tras esa primera acogida, "les llevaremos a alojamientos más definitivos", agrega la presidenta de Cruz Roja, que también señala cómo se van a adecuar "algunas plantas del Hospital de Cruz Roja de Avilés para obtener apartamentos".

Lo que ha quedado totalmente descartado es echar mano de las instalaciones del antiguo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), o de dependencias en la antigua ciudad turística de Perlora. "La verdad es que nunca nos han hablado de esas posibilidades y necesitamos ante todo situaciones dignas; es como si yo acudo a un país extranjero y me ponen a vivir en un polideportivo", reflexiona Celia Fernández.

Respecto a las fechas de llegada, Cruz Roja tiene previsto que "el primer contingente que llegue será acogido exclusivamente por Madrid", mientras que los refugiados que alcancen Asturias "lo harán en los próximos meses de diciembre o enero", indica la presidenta.

En lo que esta trabajando también Cruz Roja en el presente es en la "logística de la acogida, mediante la sensibilización de las personas que van a recibirles y a estar con ellos en los primeros momentos".

Por otra parte, el trabajo de Cruz Roja se realiza en estos momentos "a nivel internacional, identificando a las personas y a las familias en las islas de Grecia, y comprobando si tienen familiares ya arraigados en algún país para reunirles con ellos". En esa labor "hay diez delegados españoles que han comprobado cómo existen problemas sanitarios importantes", señala Celia Fernández.