Mafalda se ha convertido en la segunda escultura de la ciudad que ha sufrido un ataque vandálico en menos de diez días. La obra basada en la creación del humorista gráfico Quino apareció en la mañana de ayer manchada con pintura negra, en concreto, en un ojo y parte de la cara. La primera semana de octubre, la recién inaugurada escultura del perro Rufo, en la calle Doctor Casal, también fue rociada con spray, aunque de color azul.

Los servicios municipales de limpieza retiraron ayer la pintura tras recibir numerosas llamadas de vecinos y transeúntes que vieron el daño a primera hora de la mañana al pasar ante el estanque de los patos, en el Campo San Francisco.

Está a punto de cumplirse el primer aniversario de la instalación de la escultura de la niña Mafalda. Una obra que pasó a formar parte de las atracciones de la ciudad en cuanto el Ayuntamiento aprobó su adquisición con motivo de la celebración de los Premios Princesa de Asturias y la concesión del Premio de Comunicación y Humanidades a su "padre", Joaquín Salvador Lavado Tejón, "Quino", que acudió a descubrir la talla

Ya se han alzado algunas voces solicitando más vigilancia en el entorno de las esculturas e incluso la instalación de cámaras de vídeo para localizar al autor o los autores de los daños.

Estas reclamaciones no son nuevas. La continuada agresión a la estatua de Woody Allen, en la calle Milicias Nacionales, caldeó los ánimos de los vecinos del centro urbano e hizo que el gobierno local optase por no reponer las gafas de la escultura durante algún tiempo. Otro de los afectados por el vandalismo de esculturas es el caracol que corona y da nombre a una de las fuentes del Campo, que hace tiempo que perdió sus antenas.