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El plan de listas de espera se demora y los médicos del HUCA se muestran escépticos

"La capacidad de los quirófanos no es muy superior a la del Hospital viejo, y sin más horas de trabajo el problema seguirá", afirman los especialistas

Se observa insistencia y buena voluntad, pero sin añadir recursos, el objetivo no parece llamado a llegar muy lejos. Los servicios quirúrgicos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) no le ven demasiado futuro al anunciado plan de la Consejería de Sanidad para reducir las demoras para operarse. "El equipo directivo está encima, se ha depurado la información, se incide en la población diana, se han aportado criterios para establecer prioridades correctas, pero si no se programan más horas de quirófano las posibilidades de mejora son muy limitadas", explicaron a este periódico diversos especialistas del complejo sanitario con muchos años de experiencia.

A finales del pasado mes de agosto, el HUCA tenía en espera 7.567 pacientes (sobre un total de 19.471 registrados en los hospitales públicos de la región). En aquel momento, el complejo sanitario de La Cadellada presentaba la demora media más elevada de Asturias: 101 días, notablemente por encima de la media asturiana (86 días). Cuando se habla de "población diana", se alude a los enfermos que aguardan para operarse desde hace más de seis meses, que en el Hospital Central son 880.

A principios del pasado septiembre, el consejero de Sanidad, Francisco del Busto, declaró a este periódico que su Departamento elaboraría de forma inmediata "un plan estructural, nunca un plan de choque", una vez estudiados los niveles de actividad de los diversos centros. "Hay aceptables rendimientos, aunque son mejorables", precisó entonces Del Busto.

Hasta el momento, la Consejería siempre ha respondido con un escueto "es muy prematuro" a las preguntas acerca del citado plan contra las listas de espera. En el HUCA sí que se habla del problema en las reuniones con los servicios quirúrgicos, pero los responsables de estas unidades no conocen un documento con una planificación concreta y estructurada. En términos generales, no acaban de verle demasiado recorrido a la estrategia actual, al menos en los términos en los que actualmente está planteada. "Lo malo es que octubre y noviembre son los meses más adecuados para reducir lista de espera, y si no se aprovechan llegan diciembre y enero, con fiestas y vacaciones, y todo se complica mucho", explica un veterano médico del Central.

Esperas de 180 días

No es un problema de insistencia sobre el problema, que la hay, sino de recursos, matizan los interlocutores de LA NUEVA ESPAÑA. "Pensar que un nuevo edificio como el que tenemos resuelve los problemas por sí solo es un error. La capacidad de los quirófanos no es mucho mayor que la del viejo Hospital, y si la disponibilidad de horas de trabajo es insuficiente el problema de la lista de espera va a seguir ahí", precisan las mismas fuentes.

Es bien conocido que la implantación, en el año 2012, de las dos horas y media semanales que el Gobierno central añadió a la jornada semanal llevó al anterior equipo de la Consejería de Sanidad a dar un tajo radical a las horas extraordinarias, anteriormente muy extendidas en algunos servicios.

Los equipos directivos de los hospitales están haciendo particular hincapié en la supresión de las demoras superiores a 180 días. "Se está muy encima de este objetivo, pero el problema global es mucho más arduo", indica un jefe de servicio. Los especialistas del ámbito quirúrgico coinciden en subrayar que "todo se explica con una sencilla división: el número de pacientes que ingresan en la lista de espera entre los que salen". En algunos servicios, este cociente es superior a uno, lo que implica que "la lista de espera se incrementa progresivamente". Y agregan: "El seguimiento riguroso de las demoras está bien, pero no va a ser suficiente".

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