La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los vecinos bautizan las calles de Olivares

Los residentes elaboran un mapa y un callejero actualizados de la zona y proponen dar a las vías nombres de futbolistas históricos del Oviedo

Los vecinos de Olivares comen frías las pizzas a domicilio. No lo hacen por gusto, sino porque el repartidor tarda más de lo normal en llegar a su destino. Si les dicen que el pedido tardará media hora, ellos le suman treinta minutos más. Y aciertan. La causa del retraso es que las calles no tienen nombre. Las casas, en su mayoría viviendas unifamiliares, están numeradas, pero en orden ilógico. "Yo vivo en el 102 y a pocos metros está el 37. Además, hay 102 A, 102 B, 102 C?, desperdigados por ahí. Figúrese el caos". Lo cuenta Joaquín Salas, el presidente de la Asociación de Vecinos de Olivares, y uno de los cinco miembros de la "comisión callejero". La junta directiva de la agrupación trabaja desde hace meses en uno de sus proyectos más importantes: bautizar las calles y elaborar un plano actualizado del barrio.

El equipo de gobierno municipal está dispuesto a estudiar la propuesta, "que está en fase de desarrollo", de forma que el Alcalde, Wenceslao López, quizás acepte los tramos y nombres planteados para ellos. Los vecinos quieren llamar a las vías Lángara, Marianín, Emilín, Falín, Vicentón? Es decir, ponerles nombres de jugadores históricos del Oviedo y ovetenses. "Y también de otros más recientes y muy destacados", matiza Salas, que incluye en la lista a Jokanovic, Dubovsky, Carlos o Mata, entre otros. Para este vecino, esto ayudaría a dar conocer el barrio al resto de ovetenses, "que muchas veces desconocen que el campo de fútbol, Carlos Tartiere, está en Olivares".

Los miembros de la "comisión callejero" trabajan sobre un mapa artesanal que ellos mismos han hecho a partir de documentos que encontraron en el archivo del Ayuntamiento y en las bibliotecas, y también gracias a su propio conocimiento de la zona. Ahora, muestran orgullosos el plano y lo fijan con chinchetas en un tablón del centro social de Olivares para trabajar más a gusto. Han marcado con rotulador azul y verde las calles que, a su juicio, merecen tener un nombre. La secretaria de la agrupación, María Álvarez, explica que la comisión vecinal ha tenido en cuenta la densidad de población de los tramos y su nivel de uso para fijar el principio y el final de las vías. "Es un trabajo muy laborioso en el que hemos tenido en cuenta las necesidades de la población".

Mientras el presidente y la secretaria señalan las zonas más transitadas de Olivares en el plano, el sonido inconfundible de una moto se cuela por las ventanas del chalé que hace las veces de centro social, al lado del parque del Casal. Es el cartero, Leví Fernández, que lleva una semana repartiendo la correspondencia en el barrio, justo desde que el titular del cargo se quedó de baja. "Es un lugar complicado, no lo voy a negar, pero espero tenerlo controlado en unos quince días", cuenta Fernández, que lleva una chuleta del entorno bajo el volante. Es un pequeño plano del "distrito 13, sección 8". Es decir, de Olivares.

El presidente vecinal aprovecha la ocasión para pedirle sus cartas: "¿Tienes algo para el 102?". El cartero busca en la saca y encuentra unas cuantas. "Toma, eso que me ahorras de ir hasta tu casa. Gracias, ¿eh?".

En realidad, la escena es bastante frecuente. Eso y el hecho de que la parada del autobús esté llena a horas en las que ya no pasa el transporte público. La secretaria de la Asociación de Vecinos revela el porqué: "Estamos tan hartos de que los repartidores no encuentren nuestras casas que les decimos en la marquesina, y es más fácil para ellos y para nosotros. Así que nada, cada día echamos un tiempín en la parada". Su compañero Salas insiste en "el tremendo embrollo que supone no tener nombres de calles" con otro ejemplo: "Aquí estamos acostumbrados a recibir la correspondencia del de al lado, de forma que luego vamos de casa en casa repartiendo cartas.

Olivares tiene cerca de 3.000 habitantes. "Es un número muy superior en relación a hace treinta y pico años, cuando no había ni 30 personas", cuenta el presidente de la agrupación de residentes. Según los vecinos, comenzó a hacerse patente la necesidad de bautizar las vías en época del exalcalde Antonio Masip, cuando Olivares se convirtió en una zona residencial sujeta a un Plan Especial de Reforma Interior (PERI) , pero en la que aún hay tramos en los que no caben dos coches.

Compartir el artículo

stats