Álvaro García de la Fuente, vecino de San Juan, recuerda de forma admirable su tiempo como músico, tocando el saxo tenor y el alto en la orquesta "Ribalta", allá por los años 50. "Empece en la Ribalta en 1956. Aprendí solfeo y a tocar el saxo en la Banda de Grado con Manuel "Colate" y mi primer saxofón me costó siete mil pesetas de aquel entonces", señala es te hombre que, tras casarse y dedicarse al campo, además de por motivos de salud, se retiró de su actividad musical.

El es un ejemplo de la tradición musical que había en esta parroquia, tierra a la cual venían jóvenes de otros tantos lugares a disfrutar de las sesiones de baile que se celebraban aquí. Los de más edad aún recuerdan los bailes en "Casa Calistro" (La Barraca) y también en el "Salón del Caxón". Tal y como señala el etnógrafo y estudioso de esta parroquia en la que nació, Álvaro Valdés Díaz, "Por aquel entonces Celesto, con su acordeón, acompañado por Julio al bombo, hacían las delicias de la juventud en aquellos años".

Las nuevas generaciones recuerdan ya un salón de baile que ha quedado para la historia local: El Mirasol. Allí ensayaron y tocaron los miembros de la banda de Álvaro García, "La Ribalta", que estaba formada toda por jóvenes músicos de la localidad. Junto con Álvaro García también formaban el grupo, entre otros, Toni (Valle) saxo bajo; Ezequiel (Pueblo) trompeta; Jovino (R. Xuan) trompeta y Pepe (Valle) a la batería. Su debut tuvo lugar en su parroquia durante las fiestas patronales en 1956, cuando el lunes se celebraba la fiesta de los "vieyos".

"Tocábamos por el concejo y por toda Asturias pasodobles, boleros, cumbias, valses y cha-cha-chás. Para desplazarnos, según dónde, a veces íbamos en la linea y en otras ocasiones nos llevaban dos taxistas de Grado, Generoso y Avelino (Cherigo). Eso si, en más de una ocasión tuvimos que ir caminando con el instrumento al hombro", recuerda este vecino de San Juan, concretamente del barrio de La Reguera. Álvaro García de la Fuente también tocó con la orquesta Marbel, de Salas.

Faustino Casares Fernández, más conocido como "Tino el de La Caja" también recuerda todo aquello no sólo por nostalgia, más bien por se el hijo de Faustino y Perfecta quien, tras hace fortuna en Tampa (Florida), regresaron a su pueblo y abrieron en 1932 uno de los salones de bailes más famosos, no sólo de Grado, sino de Asturias entera: El Mirasol.

"Era de todo al principio: bar restaurante, salón de baile, casa y hasta cuadra tenía. Durante la guerra se cerró y reabrió en el 39. En 1941 se aumentó el espacio en más de 200 metros cuadrados. Venía muchísima gente y aunque no lo recuerdo fijo creo que se cerró allá por 1965. Venían orquestas muy buenas como Los Archiduques o La Royalty, ésta de Galicia. La entrada costaba 8 pesetas a los hombres y una pesetas a las mujeres. Lo cierto es que tenía un escenario muy bueno y uno de los lugares con más demanda era un palco en el que entraban unas diez mesas", señala este hombre que también recuerda que era lo que se consumía por aquel entonces: "el vino blanco seco el preferido era el Corona mientras que en dulce triunfaba El Diamante".

Ya lo dice la canción: "Para pícaros en Grau/ pa desvengonzáos na Mata/ para bullinos del fou/ San Juan de Villapañada/ pa dar palos en Freisnu/ los mozos de Cabruñana".