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Coppola, pasión de Egea

El entrenador del Oviedo, que tiene "El Padrino" como una de sus películas de cabecera, ensalza la labor del director galardonado con el "Princesa de Asturias" de las Artes

Sergio Egea, durante un partido del Real Oviedo en el Carlos Tartiere. IRMA COLLÍN

Tantas vueltas en torno a la pelota no pueden ser buenas. Por eso, de vez en cuando, es bueno alejarse, coger distancia. Sergio Egea no duda a la hora de elegir su pasatiempo favorito al margen del fútbol, aquello que le hace evadirse por unas horas: "El cine me encanta". Pero no el cine de sillón, el de sala grande, palomitas y sonido estéreo. Cuando se le pide una película favorita siempre mira a los clásicos. "El Padrino", no podía ser de otra forma, ocupa un lugar preferente en su filmoteca. "Las habré visto 4 o 5 veces", confiesa con entusiasmo.

La llegada de Francis Ford Coppola a Asturias para recibir el Premio Princesa de Asturias de las Artes es celebrada con especial énfasis por el entrenador del Real Oviedo. "El Padrino" es el mayor reclamo de Coppola, pero Egea no se detiene en la trilogía. "'Apocalypse now' es una película excelente. También he visto 'Cotton Club'", aclara. Pero "El Padrino" es algo más.

-¿Con cuál de las tres películas se queda?

-A mí me gustan las tres.

-¿También la tercera?

-La gente es mas crítica con la tercera parte y es cierto que van descendiendo progresivamente de nivel, pero historia crece bien.

Egea muestra una memoria llamativa al referirse a "El Padrino". "La primera vez que la vi, si no me falla la memoria, fue en el cine. En el año 73 yo estaba en La Plata (Argentina) jugando en Estudiantes. No es que ofrecieran muchas películas en el cine local pero sí recuerdo haberla visto en la sala", indica. "Allá, en Argentina, el cine es subtitulado, no existe el doblaje, como en España. Eso tiene una lado positivo y otro negativo. Lo bueno es que escuchas la voz original del actor, un aspecto más de su interpretación. Lo malo, que al leer los subtítulos corres el riesgo de perderte algo importante en las escenas". En cuanto se le da margen, Egea diserta sobre diversos aspectos del cine.

-Centrémonos en "El Padrino". ¿Qué le gustó más de la trilogía?

-Yo soy de actores, por ahí me engancho a una película. Soy fan de Jack Nicholson, por ejemplo, uno de mis favoritos. Y en "El Padrino" está el mejor ejemplo. Marlon Brando, Al Pacino y De Niro están soberbios. Quizás sea ese el principal motivo de por qué me gusta tanto: el nivel de sus actores.

-¿Y al margen de las interpretaciones?

-Dibuja perfectamente los entresijos del funcionamiento de la mafia. Ahí descubres, por ejemplo, que aunque parezca increíble también tienen unos códigos. Como cuando Don Vito se niega a meterse de lleno en el negocio de las drogas, que es lo que desencadena después toda la violencia. Es interesante esta visión.

"El Padrino" ha generado fuertes debates entre sus más sentidos seguidores. Las interpretaciones de cada actor son objeto de discusión. ¿Quién está más acertado en el elenco? La jerarquía entre los tres filmes suele reducirse a una igualada disputa entre la primera y la segunda parte. Incluso existen debates en torno a cuál es la mejor escena. Egea entra de lleno en el asunto, aunque al principio no arriesga mucho: "Si tengo que quedarme con una escena, seguramente sea la de los asesinatos de las cinco familias. Es de una sincronización impresionante. Esa venganza mientras se está celebrando un bautizo? Es una escena maravillosa, muy lograda".

Sorprende más su respuesta cuando se le menciona otra de las escenas míticas de "El Padrino", la de la amenaza con la cabeza de un caballo. La secuencia es de sobra conocida. Jack Woltz, productor de Hollywood, se niega a darle un papel al cantante Johnny Fontane, amigo de la familia. "Ese cerdo nunca trabajará conmigo y yo no me bajo los pantalones por muchos italianos que vengan a hacerme la puñeta", le espeta Wolf a Tom Hagen, el consigliere de los Corleone. Dicen que Fontane era una precisa representación de Frank Sinatra y que describe la llegada del cantante a la película "De aquí a la eternidad" (1953). La medida de presión pasa por un cabeza de un caballo de carreras entre las sábanas del productor. "No me gusta esa escena", protesta Egea antes de aclarar su posición: "Soy un defensor de los animales, no soporto verles sufrir. Es ficción pero es una escena que, al contrario que mucha gente, no me gusta verla".

-Sonará exagerado, pero ¿ve algún paralelismo entre El Padrino y la estructura actual del fútbol?

-Como cualquier gran evento que mueve millones, el fútbol también está controlado por organizadores, por empresas, pero no veo posible un paralelismo. Me parece demasiado exagerado. En "El Padrino", si te equivocas pierdes la vida.

-¿Y con la sociedad actual? Ya sabe, corrupción?

-No lo veo tampoco al mismo nivel pero soy consciente de que hay algo que no está bien. La política, por ejemplo. Se ha creado una desconfianza total hacia ellos, que por otra parte la tienen merecida. Pasaba en Argentina y me ha sorprendido ver los casos de corrupción que ha habido en los últimos tiempos en España. La política debe utilizarse para servir, no para llenarse los bolsillos.

Egea aprovecha la conversación sobre cine para expresar sus gustos. En esta ocasión, el entrenador hace patria. "No sólo me gusta la industria americana. El cine argentino y español están a un nivel altísimo", ensalza. "Argentina está de moda gracias a Ricardo Darín. ¿Ha visto 'El secreto de sus ojos'? Es genial", remata.

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