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RAMÓN SÁNCHEZ-OCAÑA | Periodista y divulgador científico

"Podemos creció como un suflé, y el suflé se viene abajo en cuestión de minutos"

"La campaña contra los Premios me parece un sinsentido, son el emblema más importante que tiene Asturias"

Ramón Sánchez-Ocaña. LUISMA MURIAS

El periodista y divulgador Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) regresó el pasado jueves a su ciudad natal para impartir una conferencia en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, enmarcada en el acto organizado por la Escuela de Salud del Centro Médico, bajo el epígrafe "Momentos de la enfermedad humana: de la prevención a la cura y la aceptación". Sánchez-Ocaña habló de la prevención de la enfermedad antes de su aparición. Sánchez-Ocaña, descendiente de una saga en la que abundan médicos y periodistas, fue pionero en España en ofrecer información médica y científica en un lenguaje asequible. Su programa de televisión "Más vale prevenir" se mantuvo en antena once años y aún hoy sigue siendo una referencia para los comunicadores del ámbito sanitario. También ha escrito libros divulgativos.

-¿Volver a la ciudad de la infancia siempre es algo especial?

-Por supuesto, y eso que yo vivo en Madrid, cerca de Asturias. Me gusta mucho pasear por Oviedo. Cuando llego es lo primero que hago. Me encanta recorrer las esquinas de la ciudad y sobre todo los sitios de mi infancia. Siempre digo que el Campo San Francisco era mi cuarto de juegos. Vivíamos en el Pasaje de Uría y sólo teníamos que cruzar la calle. El Fontán y la plaza de la Catedral son otros espacios entrañables. Por mucho que cambie la ciudad, siempre mantiene su esencia intacta.

-Seguro que todavía le paran por la calle y le reconocen como el presentador de "Más vale prevenir".

-Hombre claro. El programa fue un salto cualitativo profesional. Antes de empezar, hacía uno en la segunda cadena, a la que los periodistas de la casa llamábamos el "canalillo", con poca influencia -las audiencias aún no se medían, se valoraba la aceptación, porque sólo existía la televisión pública-, y me asustó un poco dar el salto a la Primera. Me sentía bien en aquella cadena que nos permitía hacer cosas un poco especiales, con bastante libertad. El caso es que aquellos trece programas iniciales se convirtieron en casi once años.

-Usted es periodista, ¿ha llegado a molestarle que siempre le reclamen para hablar de cuestiones de salud?

-Pues no, lo entiendo perfectamente. ¡No van a pedirme que hable del Gobierno! Los periodistas no podemos caer en el vicio de opinar de todo y saber de todo. Ése es uno de los factores que están acabando con la profesión.

-Iba para médico.

-Sí. Yo suelo decir que en mi familia predominan los médicos y los periodistas, entre ellos Josefina Caravias Sánchez-Ocaña. Hice el Bachillerato de Ciencias, pero se cruzó un profesor de Filosofía que me hizo cambiar de opinión. Mi padre, una persona muy seria y equilibrada, me dio todo su apoyo para que estudiase lo que me hiciese feliz. Cursé Filosofía y Letras en Oviedo y después me fui a Madrid a hacer Periodismo. Pronto empecé a colaborar en periódicos con artículos de ciencia y técnica.

-El periodismo actual no tiene mucho que ver con el de aquella época. ¿Falta entusiasmo en la profesión?

-No soy muy optimista acerca del futuro del periodismo. En algunos casos empezamos a ser un añadido sobrante. El lector ya no lee la noticia, la ve en internet y eso dificulta consolidar una firma.

-Alguna fórmula habrá para enderezar el rumbo.

-Hacer productos de muy alta calidad y, tal vez, dirigidos a ámbitos más especializados.

-El viernes se entregan los premios "Princesa de Asturias". ¿Entiende la polémica entre defensores y detractores?

-Precisamente he leído en LA NUEVA ESPAÑA unas declaraciones del concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi" (IU), diciendo que la gente tiene derecho a protestar frente al teatro Campoamor. Se me cae la cara de vergüenza que un gobernante de mi ciudad se exprese en esos términos. Toda esa campaña contra los premios "Princesa de Asturias" me parece un sinsentido. Son el emblema más importante que tiene Asturias frente al resto del mundo.

-¿Augura un largo recorrido a esos vientos de cambio que también soplan en el resto de España?

-Más bien creo que todo esto ha contribuido a espolear a la gente para que se ponga las pilas. Sí importa lo que se hace en las instituciones y todos debemos tomar posición. Aún estamos a tiempo. Podemos creció como un suflé, y, como se sabe, el suflé se viene abajo en cuestión de minutos.

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