Llega el fin de semana y los ladrones se organizan para ir a asaltar la única sucursal bancaria del concejo de Las Regueras, en la capital del concejo, Santullano. Sucedió hace quince días, en la madrugada del 4 de octubre y volvió a pasar el pasado sábado, también de madrugada. En ninguna de las dos ocasiones lograron llevarse nada, según las informaciones que maneja la Guardia Civil.

Fuentes consultadas en el Instituto Armado explicaron a este periódico que esta vez la alarma saltó a las tres menos cuarto de la noche del viernes al sábado. Hasta Santullano se desplazaron dos patrullas de la Guardia Civil de los puestos de Bárzana (Quirós) y Belmonte de Miranda. Cuando llegaron a Santullano -la distancia con estos concejos es importante- no quedaba ni rastro de los cacos. Los agentes se encontraron la puerta del banco "arrimada y abierta", pero dentro no había nadie, según las informaciones facilitadas por la Guardia Civil. En principio, y siguiendo las mismas informaciones, los ladrones no se habrían llevado nada.

La unidad de policía judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de las investigaciones. Ya han realizado una inspección ocular en busca de posibles pruebas y están trabajando con las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad para atrapar a los presuntos autores del intento de robo. Aunque no tienen claro que este último asalto esté relacionado con el anterior, se están revisando todas las conexiones.

Hace quince días se cree que los malhechores intentaron hacer un butrón en la fachada de la entidad bancaria, aunque no se descarta que los asaltantes trataran en realidad de reventar el cajero automático. De todas formas, también entonces los cacos se marcharon con las manos vacías ya que no lograron su objetivo. Lo único que consiguieron fue provocar daños materiales de diversa consideración en la oficina.

La sucursal ya fue asaltada, en este caso a mano armada, el 11 de marzo de 2003, por una joven viguesa de 33 años. Lo hizo a punta de pistola y a cara descubierta para llevarse un botín de 2.000 euros. Fuera le esperaban dos hombres en un coche de alquiler.