El municipio asegura que los vecinos de La Corredoria no han solicitado la intervención de los Servicios Sociales en el poblado chabolista de la zona de la Malata, en el límite con Lugones. La última petición de ayuda se produjo el año pasado, con Agustín Iglesias Caunedo al frente de la corporación municipal, cuando la asociación "El Conceyín" reclamó la ayuda de la exedil de Bienestar Social, Belén Fernández Acevedo.

El actual gobierno, en el que Marisa Ponga es la titular de la concejalía de Atención a las Personas (similar a Bienestar Social), prefiere no hacer declaraciones sobre el aumento de las infraviviendas en el entorno de La Corredoria.

Aunque el campamento -en el que residen menores de edad- lleva varios años en pie, en los últimos meses se ha expandido hasta ocupar un terreno considerable entre la carretera y las vías del tren, con huertos, caballos y hasta ganado porcino. Según los residentes de la zona, una docena de familias estaría residiendo en este momento en los prados de La Malata, tierra de nadie.

El poblado está perfectamente estructurado en varias zonas separadas. Los más veteranos están instalados en caravanas ubicadas en parcelas convenientemente delimitadas y colindantes con la carretera que une La Corredoria con Lugones. Este mismo verano, una bombona de gas explotó en una de las chabolas y provocó un incendio.