El tripartito ovetense (Somos, PSOE e IU) sacó ayer adelante su plan fiscal para 2016, que incluye una bajada del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) del 3% y diferentes ventajas fiscales para desempleados, como bonificaciones para acceder a instalaciones deportivas o a actos culturales. El documento global, en el que el gobierno municipal aceptó sólo ocho de las 39 enmiendas presentadas por la oposición (PP y Ciudadanos) fue apoyado por los tres socios de gobierno y rechazado por el PP. Ciudadanos se abstuvo en la votación final.

Eso ocurrió pasadas las diez de la noche, cuando los asistentes ocultaban como podían sus bostezos y algún que otro concejal seguía desde su teléfono móvil la Liga de Campeones. Porque, al final, el Pleno más tardío que se recuerda en el Ayuntamiento (empezó a las ocho de la tarde) resultó ser el más calmado del mandato: no hubo ni silbatos, ni escraches, ni gresca, ni una voz más alta que otra más allá de las habituales pullitas de (y a) Rosón. Y eso que se votaron todas las enmiendas una a una, novedad en el Consistorio. Y eso que el Alcalde llevaba encima 1.000 kilómetros en un coche. Y eso que había menores en la sala esperando a mamá para irse a dormir.

Todo fue coser y cantar para el tripartito. Todo resultó tranquilo y sin sobresaltos y sucede que, a estas alturas, eso es noticia. Será lo que tiene la economía, que de ella entienden los menos y meterle mano (y pico) cuesta.

De la exposición inicial de Rosón se sacó en conclusión que, a partir del año que viene, los ovetenses pagarán menos IBI. En general, la rebaja es del 3%, pero con matices. El tipo se baja un 1% para todos, y a eso hay que sumar un 2% de bonificación para el primer pago fraccionado. Porque ésa es otra novedad: el IBI se podrá abonar en dos recibos. Uno a mitad de año y otro a finales. El concejal de Economía explicó otras bonificaciones relacionadas con el IBI: a familias numerosas, a los edificios que aprovechen energía solar o a pisos de protección oficial. Y sumando todas ellas, calculó, habrá "175.000 viviendas" a las que se les reduzca el IBI un 7%. Con esta bajada, el Ayuntamiento ingresará unos 70 millones de euros en este concepto, menos de los 74 millones que ingresó en 2014. "Nuestra rebaja del IBI en un año supera la rebaja del PP en cuatro. Somos cuatro veces más rápidos que vosotros", espetó el edil, que dijo que entre 2011 y 2014 Oviedo incrementó en 10 millones la recaudación por este impuesto. La respuesta del PP, a cargo de Eduardo Rodríguez, fue un dardo al PSOE, al que afeó que "exija una bajada del 5 por ciento cuando está en la oposición y haga una rebaja del 1 por ciento cuando está en el gobierno".

Tocaba hablar de la Iglesia y tocaba escuchar lo que se sabía: que desde 2016 la Iglesia tendrá que pagar IBI por los edificios que no estén destinados al culto ni a fines sociales. En Oviedo no le afectará porque edificios con esas características que pertenezcan a la Iglesia, que se sepa, no existen. Así que Rosón lo explicó así: "Es más por una cuestión de justicia social, no recaudatoria", dijo, y añadió que este paso tiene un "carácter pedagógico". El PP calificó este planteamiento de "irresponsable" porque, dijo Rodríguez, "sabe que es ilegal". Ciudadanos sí se mostró partidario, pero le reprocharía después que la medida es de cara a la galería y que no "había inventado nada". Y fue más allá: "Hagan lo mismo con sindicatos y partidos políticos", exigió Luis Pacho.

Rosón enumeró de forma atropellada ventajas a parados y gente con dificultades. Por ejemplo: tendrán bonificaciones para acceder a instalaciones deportivas o a actos culturales o se les eliminarán tasas como la existente para sacarse el padrón. Tampoco pagarán la tasa de instalación si abren un negocio (enmienda de Ciudadanos). "Queremos que las exenciones fiscales estén ligadas a la renta, pero necesitamos más tiempo", agregó el edil.

Habrá distintas bonificaciones en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) también para las empresas que contraten a trabajadores, otra que premiará las fiestas populares organizadas por las asociaciones de vecinos o varias bonificaciones en la plusvalía. Se potenciará el transporte eléctrico y se castigará el antiguo: los que tengan un vehículo que supere los 25 años pagarán una viñeta mayor.

Rosón repitió y volvió a repetir lo que vendió como los cuatro objetivos de las ordenanzas fiscales. Se lo sabía de memoria. Uno: "Progresividad, paga el que más tiene". Dos: "Bonificaciones que fomenten la creación de empleo de calidad". Tres: "Que los servicios públicos del Ayuntamiento sean disfrutados por toda la ciudad y no por unos privilegiados". Y cuatro: el medio ambiente ("Tenemos una ciudad que necesita vivir más allá del 2050").

De todo eso se enorgulleció Rosón en un discurso que empezó con un "buenos días" a las ocho y cuarto de la tarde. Luego lo arregló: "Es un día histórico para el municipalismo y para el cambio", aseguró. Más tarde admitió que el plan no era "todo lo profundo" que le gustaría.

Hubo alguna otra cosa interesante, más allá de la cara del Alcalde cuando Cristina Pontón, de IU, le afeó los horarios de la sesión. Por ejemplo, el elogio de la "buena disposición" del equipo de gobierno para negociar las enmiendas. O las críticas del tripartito al PP por pedir unos cambios de impuestos "cuando no los hizo durante 24 años". Aquí estuvo contundente Ana Rivas, que no tenía previsto hablar, pero habló: "El PP jamás aplicó una medida fiscal que fomentase el empleo o favoreciera la discapacidad. Defendemos una bajada de impuestos porque los de Oviedo eran altísimos y tienen que ser justos y equitativos", dijo la socialista.

Y como es semana de Premios, conste en acta que el popular Eduardo Rodríguez los defendió con datos: tienen un impacto de 6 millones, crean 160 empleos y por cada euro de subvención van 5 al PIB asturiano. Todo para orgullo de Mafalda, que estuvo presente en este Pleno nocturno a través de las pegatinas que llevaban en sus chaquetas todos los concejales populares.