"No me di cuenta de que había derribado a los ciclistas, mi hija me dijo que me andaban buscando... Igual les di con el carro al adelantar". El conductor que siguió su camino tras arrollar a cuatro ciclistas frente a la Fábrica de Armas de Trubia el domingo se entregó ayer en el cuartel de la Guardia Civil de Avilés. Se trata de un vecino de esta ciudad, de 70 años, que viajaba con su esposa de copiloto a visitar una finca de su propiedad en el concejo de Teverga.

El hombre, visiblemente afectado, se entregó sin abogado y en compañía de su hija. Ella explicó a los agentes que el domingo también se desplazó a Teverga con sus padres, pero que iba delante en otro vehículo. Cuando se enteró por los medios de comunicación de que estaban buscando a un conductor que se había dado a la fuga en Trubia tras arrollar a un grupo de ciclistas ató cabos, recordó el pelotón y pensó que quizás había sido su padre. "Papá, no habrás sido tú...", le comentó.

Tras entregarse en Avilés, los hechos fueron comunicados a la Policía Local de Oviedo, cuya unidad de atestados lleva las investigaciones. Las cámaras de seguridad habían registrado el accidente, aunque el número de matrícula no se veía de forma nítida. Los agentes estaban realizando gestiones con la Dirección General de Tráfico a partir del modelo del vehículo (un Citröen C4) y los números visibles de la placa. Esperaban dar pronto con el conductor, pero la difusión en los medios de comunicación del accidente y que el hombre se haya entregado a las autoridades ha facilitado las cosas.

Tras prestar declaración en el cuartel de la Policía Local, en El Rubín, el septuagenario quedó en libertad, pendiente de que la unidad judicial complete el atestado. Las conclusiones serán entregadas en el juzgado de guardia que calificará los hechos y fijará la fecha del juicio oral. En principio, el hombre podría enfrentarse a un delito de conducción temeraria con resultado de lesiones.

Los ciclistas que se vieron envueltos en el accidente, cuyo testimonio recabó LA NUEVA ESPAÑA, aseguraron que el coche había pasado a una velocidad de más de cien kilómetros por hora y que uno de ellos, el más grave, salió volando tras el impacto. Se trata de un radiólogo del HUCA que aún se está recuperando de sus múltiples lesiones.