Cuando llegaron, empezó una discusión que duró dos horas entre los manifestantes y los miembros del gobierno: Wenceslao López y los ediles Ana Rivas (PSOE), Rubén Rosón (Somos) y Cristina Pontón (IU). Al poco acudieron el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, y el jefe de la Policía Local, José Manuel López. Abajo, en la plaza, ya estaban las "lecheras" de la Policía Nacional.

Hubo tensión y algún grito. Los manifestantes tenían claro que querían un sitio para dormir dentro del Ayuntamiento. Rivas y Rosón les dijeron que no era el lugar, que respetasen. "Parece mentira para ti, Rubén (Rosón)", dijo una portavoz.

En la negociación hubo varias propuestas. Los manifestantes dijeron que si les dejaban colgar la pancarta del balcón principal del Ayuntamiento saldrían y dormirían en la plaza. No hubo acuerdo. Luego pidieron el salón de bodas para pernoctar. No hubo acuerdo. Los dirigentes políticos ofrecieron un polideportivo, como se había hablado en Junta de Gobierno. No hubo acuerdo. Después ofrecieron despachos en los grupos municipales. Tampoco. Se pensó en el desalojo forzoso, pero al final un manifestante propuso la sala de prensa, que tiene baños, y se aceptó. A las 15.45 horas, después de dar sus datos a la Policía, entraron a la sala de prensa y, entre una activista y Cristina Pontón, edil de IU, colgaron la pancarta en un edificio frente al Consistorio. "No es una protesta contra el equipo de gobierno, es una ocupación pacífica", defendió, una vez allí, el activista José Enrique Fernández.

Allí continuaban al cierre de esta edición. Fuera, en la plaza, un centenar de personas seguían reunidas y tenían idea de pasar allí la noche. Los asistentes disfrutaron de un concierto a cargo de "Silvidos y Gemidos" y de una charanga de nombre "El Ventolín". Bebieron cerveza, sidra y vino, y ocasionalmente lanzaban gritos como: "Que viva la lucha de la clase obrera", "Aquí hay dos encierros: el de los fartones y el nuestro" o "Pan, techo, trabajo y dignidad". La Policía acordonó la zona y desvió a los Reyes, que tenían una cena en Trascorrales. Fueron por la calle Mon para no coincidir con los manifestantes.

La ocupación generó reacciones inmediatas. IU, uno de los socios de gobierno, se posicionó al lado de las "marchas" y acusó al Alcalde de "inflexibilidad" y de "crear un problema innecesario". Alejandro Suárez, coordinador de la coalición, calificó de "indignante" que el regidor se planteara desalojarlos por la fuerza. En un comunicado junto al Partido Comunista, Suárez reprochó también la actitud de Somos, que tildó de "contradictoria" por no situarse con las "marchas". Agustín Iglesias Caunedo, líder del PP, criticó al Alcalde por un hecho "gravísimo". "Usa la Casa Consistorial para dividir a la sociedad", dijo. Este diario intentó, sin éxito, ponerse en contacto con Somos.