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Generación OVD

"El Cantábrico se ha calentado en 15 años más que otros mares"

El investigador trabaja para preservar la riqueza biológica y la pesca en el Cachucho de Ribadesella y el Cañón de Avilés

"El Cantábrico se ha calentado en 15 años más que otros mares"

César González-Pola (Oviedo, 1975) es lo más parecido a un guardián de los mares: el suyo es el Cantábrico. Con él, codo con codo, está el medio centenar de científicos que forma parte de la plantilla del Centro Oceanográfico de Gijón, uno de los diez que el Instituto Nacional de Oceanografía tiene en Madrid y a lo largo de todo el litoral español. González-Pola es una rareza en la institución, que no cuenta con más de trece o catorce físicos en sus filas.

Los esfuerzos del Instituto están dirigidos a preservar la diversidad biológica de los fondos marinos y los del investigador ovetense se concentran desde hace ya algún tiempo en el Cachucho de Ribadesella y el Cañón de Avilés. Él alerta, sin dramatismos, de los riesgos del deterioro medioambiental. "El Cantábrico se ha calentado mucho en los últimos 15 años, más que otros mares, y no es algo nuevo: hay fases más cálidas y más frías, relacionadas con fenómenos como el Niño, y a ello se le suma el calentamiento global", explica. Por ahora no hay razón para preocuparse, dice, pero hay que mantener la vigilancia.

González-Pola forma parte de una de las primeras promociones de físicos salidas de la Universidad de Oviedo. Antes de incorporarse al centro de Gijón estuvo en Santander, con una beca, hasta que en el año 2001 ingresó en el Instituto, por oposición, y se incorporó a su puesto en Palma de Mallorca. En 2002 se inauguró el Oceanográfico de Gijón, el último de la red nacional, lo que le permitió regresar a Asturias. "En 2003 me tocó el hundimiento del Prestige; tuvimos que preparar una campaña y salir para Galicia rápidamente", recuerda.

En el Instituto de Oceanografía se notan las restricciones económicas de los últimos años. César González-Pola afirma que el personal perdido con las jubilaciones no se ha reemplazado. La actividad es intensa y confía en que pronto haya incorporaciones.

El foco del Instituto Nacional de Oceanografía está puesto en el desarrollo de la legislación que preserve el buen estado ambiental de los medios marinos. En Asturias las prioridades son la protección del "principal caladero de pesca de Asturias", el Cañón de Avilés, y otra área extremadamente rica, que es el Cachucho de Ribadesella, en cuyos fondos florecen los corales y las esponjas de tamaños increíbles.

El mar es un asunto de Estado. En su día, cuenta, hubo cierto interés empresarial y proyectos para formar un clúster de energía marina. Con la crisis el asunto quedó "parado" y, "aunque tiene potencial", el oceanógrafo ovetense señala que "presenta muchos problemas técnicos" porque la plataforma continental, especialmente en el litoral cantábrico, "es pequeña y muy rica". Los generadores la pondrían en peligro.

Cuenta que en el mar casi todo discurre lentamente y es difícil saber si un cambio en el ecosistema es temporal o permanente. "El pasado verano había mucha preocupación con la sardina, lo mismo que antes con la anchos, y no es fácil saber si es un problema de sobrepesca o por razones biológicas", pone como ejemplo. "Limitar el uso de ciertas artes de pesca en ciertas zonas, creando espacios análogos a los parques naturales en el mar" es una buena opción, según González-Pola, para protegerlo.

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