Techo azul es uno de los barrios marginales de Cali. Se llama así porque las cubiertas de las míseras casas se hace con los plásticos de ese color, usados en los ingenios azucareros. En medio de tanta necesidad, unos 700 niños, viven y se forman gracias a la ayuda de la ONG Padrinos Asturianos, con sedes en Oviedo y Cali, fundada por el sacerdote José Pérez, natural de Cangas del Narcea.

La entidad cuenta en la ciudad con colaboradores entusiastas, como Carlos Rodríguez, quien destaca que con veinte euros al mes se consigue sacar adelante a un niño, al que de otro modo espera un futuro de drogas, prostitución o guerrilla.

La organización se ha sido expandiendo en los últimos años y ya cuenta con ramificaciones en Estados Unidos, concretamente en Orlando (Florida), desde donde también se fomenta el apadrinamiento. La colaboración se realiza de formas muy diversas. Sin ir más lejos, El fotógrafo de Noreña, Avaro Fuente, ya ha realizado dos viajes a Cali para hacer reportajes e impartir cursos de fotografía a los niños, con una subvención concedida por la Consejería de Cultura del Gobierno del Principado. En Istmina, una zona del Chocó, se encuentra el exobispo auxiliar de Bogotá, Julio Hernando, que trata de ayudar a cientos de niños que rebuscan basura para poder comer, en una de las áreas más deprimidas de Colombia.

La obra solidaria en Colombia nació de la mano de José Pérez Álvarez, que tras jubilarse en un consorcio azucarero y después de conocer "in situ" las miserables condiciones de vida de miles de colombianos, fundó la institución Padrinos Asturianos. Con casi noventa años, el padre José sigue ejerciendo de director y viajando de Oviedo a Cali y de Cali a Oviedo, ininterrumpidamente, para supervisar personalmente los programas de formación. Su entusiasmo no tiene límite, como las necesidades de Colombia.