La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Al final de la semana

Mafalda es republicana

Una ciudad pequeña y galana con sitio para todos

Mafalda es republicana

Entre premios, el viernes empecé a dudar si mi ciudad se había roto. Escuché a una señora (aspecto entrañable, seguro con nietos) quejarse con rabia, con pena, de lo que habían hecho "unos" en el Ayuntamiento. Impropio de una abuela. Cosas del "on line", veía ella por foto enviada al móvil cómo los encerrados en la sala de prensa municipal salían jaleados por un mar de banderas republicanas. Eran los de la marcha de la dignidad, los del 22-M, -¿en qué se diferencian de los del 15-M?- que dejaban atrás 24 horas de rebeldía para entregarse a los últimos, más o menos, 180 minutos de protestas contra los premios "Princesa de Asturias". Decía la mujer sobre esos tipos cosas parecidas a lo que esos tipos dirían de ella si la vieran (o a una parecida) en ese grupo creado hace ya unos días para defender y apoyar la actividad de la Fundación Princesa Asturias. ¿Qué pasa? ¿Se ha roto Oviedo? Por favor, no rompan Oviedo.

En esta ciudad pequeña y galana -disculpe usted señora Covadonga- caben tantos que hasta Mafalda la republicana, al menos Quino lo es, sirve de icono a una parte grande de la ciudad para hacer defensa de sus Premios, los premios de todos, los que dejan pellizcos de ilusión (y algo de dinero aquí y allí) todos los años a finales de octubre. Caben tantos en Oviedo que un tipo con aires de Willy Toledo reparte pegatinas de apoyo a la Fundación y monta una manifestación entre gente que no protesta ni cuando se le cuelan en el súper. Y no se pone colorado cuando le llaman el vividor de Oviedo, o algo más feo, en juegos de palabras con la revista que edita. Ya avisó que animaba a defender los Premios "Princesa de Asturias" a todos los que les viene bien que se celebren. Que viene a ser a casi toda la ciudad. Animó igual que lo hizo Roberto Sánchez Ramos a protestar a todos aquellos que no estén de acuerdo con la monarquía, con sus premios, sus coches, su pasacalles del hotel al teatro, su altura, su delgadez, su sueldo? Y no pasa nada, que aquí ya somos mayores y deberíamos hablar y dejar hablar sin más problemas. Por favor, no rompan Oviedo.

Compartir el artículo

stats