Casi tres días después de que se disiparan los ecos de la entrega de los Premios "Princesa de Asturias" que tuvieron lugar el viernes en el teatro Campoamor, el alcalde de Oviedo, Wenceslao López (PSOE), tomó ayer la palabra para ofrecer su explicación sobre lo ocurrido con la ocupación del Ayuntamiento por parte de miembros de las "marchas por la dignidad".

En una comparecencia de más de media hora, López tachó de "mal menor" que los activistas pernoctasen en la sala de prensa municipal, y no en el salón de plenos, tal y como era la intención inicial, después de que casi una veintena de personas ocuparan el jueves el primer piso del Ayuntamiento. También reconoció que la ocupación se produjo de "forma totalmente imprevista" y que incumplió el acuerdo al que había llegado con sus socios de gobierno -Somos e IU, principales impulsores de esta protesta- para evitar lo que finalmente ocurrió.

López defendió que "el mal menor" permitió "preservar" la Casa Consistorial, -"ese lugar en el que estamos los elegidos para tomar decisiones para el pueblo de Oviedo", dijo-, además de la imagen de la ciudad y la de los Premios. "No podíamos permitir que la imagen de los Premios a nivel internacional se convirtiera en personas arrastradas y heridas al desalojarlas del Ayuntamiento", señaló. "Tomé la decisión que entendí que en ese momento perjudicaba menos a Oviedo y a los Premios. Algunos pedían más lío y follón, que la Policía hubiera intervenido y arrastrado por las escaleras (a los activistas). Y en ese proceso se pueden romper piernas o abrirse cabezas. Y la fotografía... Entonces sí que pedirían mi cabeza colgada de...", relató el regidor ovetense, en ocasiones visiblemente incómodo y con la garganta seca.

De ahí que el Alcalde respaldara la decisión que finalmente se tomó tras un largo diálogo con los ocupantes y representantes del tripartito: trasladar a los "okupas" del edificio principal consistorial a la sala de prensa situada en el antiguo Café Español, en la calle Cimadevilla. López reconoció que "alguna de las portavoces" de los grupos del tripartito, en clara referencia a la de IU, "no estaban de acuerdo con ese planteamiento y ahí estuvimos dándole vueltas al problema durante unas tres horas". Finalmente, hubo fumata blanca. No hubo desalojo ni piernas rotas ni cabezas abiertas. Todos a la sala de prensa a pasar la noche. El Alcalde, que compareció arropado por todos sus concejales y asesores del grupo municipal, eludió en todo momento hacer una lectura política en clave local de lo sucedido. ¿Se sintió engañado por Somos e IU después de haber pactado semanas atrás que los miembros de las "marchas por la dignidad" fuesen alojados en un polideportivo municipal? "Los sentimientos son una cuestión aparte. Me los guardo. No voy a valorar a ninguno de los demás grupos. Es algo que tendremos que hacer internamente", contestó, para luego volcarse en un discurso en el que trató de mezclar la pedagogía con la importancia de tener claros los matices. Uno de esos matices se centró en que el acuerdo con el tripartito para evitar la temida ocupación se forjó con el equipo de gobierno y no en junta de gobierno. No confundamos los marcos? Son muy importantes. Una cosa es una junta de gobierno y otra un acuerdo de un equipo de gobierno. Es un matiz importante. Y cada uno puede saltarlos o no. Yo no me los saltaría. La palabra dada es la palabra dada", aseveró.