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La artista que pinta canciones

Helena Toraño, integrante del grupo "Los Bonsáis", inaugura en la sala Borrón su exposición "Buen otoño nos espera"

Un cuadro de la exposición. L. C.

Helena Toraño (Llanes, 1984) está en flor. Y no solo por la cantidad de referencias a la naturaleza que aparecen en su último trabajo, "Buen otoño nos espera", la exposición individual que inaugura hoy, a las 19.30 horas, en la sala Borrón, para celebrar el premio "Asturias Joven de Artes Plásticas" que ganó en 2014, sino porque está viviendo una etapa más que fructífera tanto en la pintura como en la música.

En la parte pictórica, presenta al gran público esta muestra, compuesta por 19 lienzos y 10 dibujos, que recrea un paisaje preciosista y narrativo por lo que podrían ser vidas de alto "standing", a través de una mirada costumbrista, y un entorno cien por cien asturiano. Con esta exposición, Toraño regresa a la sala ovetense después de 7 años, y vuelve para mostrar al público una nueva visión de su trabajo. "Los que me conocieron con 'Helena Toraño. Pop', en 2010, van a descubrir una evolución, sobre todo en la técnica. Antes era más impaciente, más acelerada, y hacía la composición directamente en el lienzo. Ahora dedico mucho tiempo a los bocetos previos y, hasta que no lo tengo claro, no empiezo a pintar". En lo que no ha cambiado es en el tratamiento del color, en esa atracción hacia los tonos vivos y brillantes; la característica que la sigue acercando hacia el arte pop de David Hockney.

También sigue habiendo mucho de su lado melómano de los mitos de los 60, de su pasión por el cine francés de esa época y de la moda de las décadas de los 50 a los 80. "Tengo una colección de revistas antiguas de moda, jardín, música y cine y saco casi todo de ahí". Pero traslada ese "lifestyle" a la casa de sus abuelos en Piloña o al paisaje de su Llanes natal, y usa como modelos a sus hermanas, amigos y, en especial, a sus abuelas de jóvenes. "Eso hace que sienta más la obra, que sea más personal". También está muy presente su pasión por la naturaleza, heredada de sus padre, hasta el punto de que las flores y las mariposas son las únicas protagonistas de los dibujos que plasma en papeles de actas notariales del siglo XVIII. "Los tenía mi padre por casa y, al ver los sellos, comprobé que eran de 1728. Me gustó esa idea de sumarle la fragilidad del papel a algo tan frágil como son las mariposas y las flores".

En la parte musical también está de enhorabuena. Dentro de unos días, el 6 de noviembre, publicará el cuarto EP de su grupo "Los Bonsáis", y una vez más, ella se ha encargado de todas las ilustraciones que lo adornan. "Mucha gente compra los discos para colgarlos en la pared", cuenta entre risas. Y es que todo lo que hace esta joven está salpicado de pintura. "Desde pequeña decía que quería ser pintora. Mi familia siempre tuvo claro que estudiaría Bellas Artes". Y así fue. Estudió en Bilbao, pero regresó a Asturias. Tras dar unas cuantas vueltas, ahora compagina la pintura y la música con trabajos que no tienen nada que ver con el arte. "Cada vez hay menos ayudas y convocatorias, así que es casi imposible vivir de esto". Pero se niega a tirar la toalla. "Lo importante es darse a conocer. Si vendo dos cuadros de una exposición, pues perfecto. Esto es una carrera de fondo y hay que tener paciencia". Y la tiene. Cuando está en casa de sus padres, en Llanes, dedica más de siete horas diarias a la pintura. "Y no me importa. Es lo que me hace feliz".

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