Hace cinco años que la comunidad educativa del colegio Germán Fernández Ramos, en Pando, denunciaron el mal estado del muro perimetral. Y hace unos tres años que el Ayuntamiento de Oviedo instaló unas vallas protectoras para preservar la seguridad de los escolares. El problema es que ahí siguen, taponando la entrada peatonal al colegio.

Los padres piden una solución "porque los coches entran y salen por el mismo sitio que lo hacen los niños y cualquier día hay una desgracia que lamentaremos", dice una madre. Lo que iba a ser una medida temporal a la espera de unas obras de consolidación del muro, se ha convertido en parte del paisaje. En el colegio de Pando, profesores y familias piden una solución, que pasa por la reparación definitiva del muro que separa la zona verde del centro educativo y la acera y que tiene abundantes grietas.