El acento andaluz sonaba ayer a ratos por las calles y plazas de Oviedo ya que un nutrido número de béticos habían subido desde su tierra hasta la ciudad de Alfonso II para asistir al XLII Encuentro Nacional de Cofradías de la Soledad, iniciado este viernes y culminado ayer.

La advocación de la Virgen de la Soledad "quizá se da en todos los pueblos de España y existen 600 o 700 cofradías canónicamente establecidas", explicó ayer el sevillano Rafael Ruibérriz, presidente de la Fraternidad de Hermandades de la Soledad, que "según nuestro censo oficial reúne a más de 220 agrupaciones".

Fundamentalmente son andaluzas, pero también las hay "de León, Salamanca, de la parte de Alicante, algunas de Madrid y esta de Oviedo", detalló Ruibérriz. En efecto, la Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores en su Inmaculada Concepción, radicada en la ovetense parroquia de San Isidoro, ha sido la anfitriona de este encuentro que comenzó "el viernes con el recibimiento de las cofradías en la Catedral y una misa que presidió el obispo auxiliar, Juan Antonio Menéndez", refirió ayer Joaquín Iglesias, Hermano Mayor de la Archicofradía de Oviedo.

A continuación, una procesión extraordinaria de la Soledad recorrió el trecho entre la plaza de la Catedral y la plaza de la Constitución para acceder al templo de San Isidoro. "Vistos los tiempos que corren, fue impresionante ver a 500 personas rezando el rosario durante la procesión", juzgó por su parte Rafael Ruibérriz

Después de la procesión. "tuvimos un espicha en la plaza de Trascorrales", agregó Iglesias, que hizo además hincapié en su "agradecimiento al Ayuntamiento por la cesión de ese espacio y del Auditorio", donde ayer se ofreció una charla de formación para los cofrades impartida por el delegado episcopal de Liturgia de la diócesis, el canónigo José Luis González. La última cita se celebró también en la tarde de ayer, con una misa en San Isidoro presidida por el arzobispo Jesús Sanz Montes.

Finalmente, el Encuentro Nacional de Cofradías de la Soledad realizó una colecta destinada en esta edición a la gijonesa parroquia de Santa Olaya. "No sólo practicamos el culto y tenemos charlas de formación, sino que también tenemos las obras de caridad", concluyó Rafael Ruibérriz.