El propietario de un bar que frecuentaba el exjefe de la Policía Local Agustín de Luis en la calle Fuertes Acevedo declaró ayer en sede judicial que le pidió a su cliente habitual que se interesase por un asunto policial que afectaba a otro amigo suyo, también hostelero. Lo habían detenido por conducir borracho y desde entonces no había podido recuperar su vehículo del depósito municipal de la grúa. "Mi amigo me dijo que tenía un problema, que había dado positivo por estar borracho y que no le devolvían la furgoneta. Agustín bajó a ver la Champions y se lo comenté. Me dijo que iba a mirar a ver qué pasaba y que se pasase al día siguiente por el cuartel a verle", relató. Éste fue uno de los testimonios que se sucedieron ayer, en la segunda y última jornada del juicio contra De Luis en la Audiencia. Se enfrenta a una pena de tres años de prisión por "paralizar" un atestado de tráfico para favorecer a un conocido.

Ayer declaró también el conductor ebrio que presuntamente atropelló a un peatón en el Cristo, también hostelero, con numerosos negocios en la ciudad. Negó la mayor y dijo que no iba borracho. Y que tampoco conocía de nada a Agustín de Luis. "El vehículo me lo llevaron estando yo parado. Me esposaron y se lo llevaron. Nadie me dijo nada y luego me metieron en un cuarto con las esposas al revés", relató. "Igual dije que conocía al jefe de la Policía, no lo sé. Yo estaba parado y no atropellé a nadie", indicó. Tras el accidente el hombre trató de recuperar su furgoneta, cargada de productos perecederos. "Bajé un día o dos al cuartel, me dijeron que el atestado estaba en el Juzgado, pero fue por allí mi abogado y no estaba. Comenté el caso con mi amigo, habló con Agustín de Luis y me dijo que pasara a verlo", indicó. Tras la visita al exjefe de la Policía Local pudo recuperar su vehículo, tras pagar la tasa correspondiente en el depósito municipal y abonar, con posterioridad, una sanción administrativa de 500 euros. No obstante, y según comunicó ayer el ministerio fiscal, la investigación ha determinado que el conductor puede haber cometido dos delitos contra la seguridad del tráfico. Está pendiente de juicio. Durante la primera sesión del juicio Agustín de Luis ya dejó claro que su despacho estaba abierto a todo el mundo y ayer, cuando utilizó su derecho a la última palabra, manifestó que siempre había usado su placa policial para hacer el bien. "Soy un germanófilo convencido. Me estudié todos los pensadores de nuestro siglo. Yo, inspirado en esa lectura, he dedicado mi vida personal a aplicar esos principios: nunca he usado mi placa de policía para vengarme de nadie, si he podido hacer el bien lo he hecho", manifestó. Además, tiró de su propia parábola bíblica al comparar la relación de Jesucristo y los apóstoles con la suya en la Policía Local con sus subordinados. "Lo único que he hecho es defender a mi gente, a mis compañeros. Son grandes personas, pero alguno no tiene experiencia suficiente", manifestó.

También declararon ayer, citados por la defensa, agentes de la Policía Local de los sindicatos Sipla y UGT. Las preguntas de la defensa iban encaminadas a determinar que el atestado había sido sustraído y solicitar así la nulidad del procedimiento, cuestión que la sala no admitió.

El concejal del PP Gerardo Antuña también fue citado, puesto que fue el instructor de la "información reservada" sobre este asunto que encargó el anterior alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo. El edil se limitó a ratificar el informe, mientras que la secretaria del procedimiento declaró que todo aquel atestado "era un infortunio", aunque no le dio la sensación de que "hubiese maldad por ningún sitio". Para ella "ocurrieron todas las desgracias administrativas juntas, aunque nadie pretendía hacer nada mal". Respecto a la actuación del exjefe de la Policía Local la mujer indicó que, a su parecer, "tomó la iniciativa de a grandes males, grandes remedios".

Las partes elevaron sus conclusiones a definitivas y el juicio quedó visto para sentencia.