Acordes de rock, poemas subidos de tono, trajes y gorros negros, iluminación escasa y muchos decibelios. El ambiente que crearon ayer los miembros de la banda gaditana "A bunch of lonesome heroes" (un puñado de héroes solitarios) para su concierto y recital tributo a Leonard Cohen transformó radicalmente la imagen habitual del Paraninfo del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo. Y gustó. Tanto que a la gente no le importó disfrutar de los acordes de los temas más conocidos y la lectura de varios poemas del artista canadiense desde varios metros atrás del umbral de la puerta principal.

Y es que, el grupo que lidera Daniel Granado, fue invitado por la Cátedra Leonard Cohen, premio "Príncipe de Asturias" de las Letras 2011, de la Universidad de Oviedo porque es una de las más aplaudidas a nivel internacional y nacional. El espectáculo de dos horas de duración que presentaron ayer en Oviedo y que hoy llevarán a Zamora recorrió varias ciudades españolas antes, pero solo ayer contaron con la presencia del pianista gaditano residente en La Coruña Ramiro González, y tocaron para la ocasión canciones hasta ahora inéditas como "I'm your man" o "First we take Manhattan".

"Esta gira es un viaje maravilloso. Disfrutamos mucho en el escenario porque interpretamos al maestro. Gracias a la Cátedra por invitarnos a estar aquí", dijo Granados antes de interpretar "Tonight will be fine", un tema en el que la armónica de Manuel Chozas mostró su mejor cara. El baile lento pero acompasado y los coros de Alessandra Egert dulcificaron el ritmo intenso de la canción. Tras los ritmos melódicos, llegó el turno de la batería de Miguel Moreno con "The future". Y el primer poema, "Debajo de mis manos". La voz quebradiza y gutural que Granados enfatiza en la canción, se convirtió en una voz poética, clara y entonada para recitar una cuidada selección de poemas de Cohen, "Juana de Arco" entre ellos, y para meterse en la piel de Federico García Lorca y dar lectura a su "Pequeño vals vienés", que González acompañó con la música de Cohen en su teclado. También hubo sitio para "Chelsea, Hotel #2", "Boogie Street", "Take this longing", "Suzzane", "First we take Manhattan", o "Dance me to end love". Así hasta 20 canciones que arrancaron vítores y aplausos por un recital redondo, solo empañado por un espectador que se encontraba en primera fila, que impedía ver a los que tenía detrás y lanzó amenazas y aspavientos durante varios silencios.