La meningitis B, una enfermedad muy poco frecuente pero agresiva y con capacidad letal -en particular para niños de corta edad-, tiene vacuna desde el pasado 1 de octubre. Desde esa fecha, en las farmacias españolas está disponible la inmunización para quienes quieran y puedan comprarla (en realidad, está agotada, pero se supone que el suministro se normalizará en pocas semanas). Los pediatras la recomiendan abiertamente a los padres, pero las autoridades sanitarias no la ven tan eficaz, y por eso consideran que aún no ha llegado el momento de incluirla en el calendario vacunal y de subvencionarla en su totalidad.
En estas líneas, se recogen las dos posturas en discusión, recogidas por este periódico. La de los médicos la defiende Francisco Álvarez, pediatra del centro de salud de Lugo de Llanera y secretario del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP). La de las administraciones públicas tiene como portavoz a Ismael Huerta, jefe del servicio de Vigilancia Epidemiológica de la Consejería de Sanidad del Principado.
La meningitis B. Sus síntomas principales son una fiebre muy alta, "petequias" -nombre técnico de las clásicas manchas rojas que proliferan en la piel de los afectados- y vómitos. Su desarrollo es muy rápido. Es capaz de provocar una infección generalizada y puede causar incluso la muerte.
La vacuna. Se denomina Bexsero y cuesta 106,15 euros por dosis. Dependiendo de la edad del niño, deben administrársele entre dos y cuatro dosis. La vacuna está disponible en las farmacias españolas desde el 1 de octubre, pero la fuerte demanda ha hecho que se agote, circunstancia que está motivando la angustia de un volumen notable de familias asturianas que desean proteger a sus hijos. Previsiblemente, el suministro se normalizará en pocas semanas.
La postura de los pediatras. "De entrada, hay que decir a los padres que deben tranquilizarse. En toda España hay mucho agobio, pero no existe motivo para la preocupación", señala Francisco Álvarez. Y prosigue: "Nosotros recomendamos la vacuna porque la meningitis B es una enfermedad grave y se trata del único método preventivo. Es cierto que actualmente la incidencia es muy baja. En Asturias, en los últimos doce meses ha habido dos casos en niños menores de cuatro años y dos casos en adultos. Estamos en la parte baja del ciclo. La última elevación se produjo hace unos diez años".
La postura del Principado. "A los pequeños se les dan tres dosis en el primer año y una más cuando cumplen un año. Un año más tarde, la protección disminuye apreciablemente, sobre todo para tres componentes de la vacuna", indica Ismael Huerta. "No funciona muy bien en quien se beneficiaría más de la protección directa, mientras que en los adolescentes, en los que funciona bien, no se ha demostrado que disminuya la circulación del meningococo, que permitiría obtener protección indirecta", añade el jefe del servicio de Vigilancia Epidemiológica de la Consejería de Sanidad.
Necesidad de la vacuna. El pediatra Francisco Álvarez enfatiza que "están definidos cuatro grupos de riesgo, para quienes está recomendada y financiada. Pero esos cuatro grupos no aglutinan más del uno por ciento de la población". Según el secretario del comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría, la meningitis B afecta "a cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar. Es totalmente imprevisible. Cuando aparece, hay una media del 10 por ciento de letalidad. Uno de cada diez pacientes que la adquieren se muere. Y entre un 10 y un 30 por ciento sufre secuelas graves: sorderas, déficits neurológicos o amputaciones de extremidades".
Limitaciones de la vacuna: "Es bastante complicado conocer con precisión cuál es la eficacia de esta vacuna frente al meningococo B, ya que puede ser diferente según el país y puede ir cambiando a lo largo del tiempo", afirma Ismael Huerta, quien agrega que "se ha diseñado una prueba de laboratorio que permite hacer una estimación aproximada del porcentaje de las cepas del meningococo B frente a las que podría proteger". En un estudio realizado en España, con las cepas de los años 2008 a 2010, "se encontró que la vacuna podría ser eficaz únicamente frente al 69 por ciento de las cepas", precisa el doctor Huerta.
Experiencias previas. Francisco Álvarez indica que "en Estados Unidos y Canadá han sido vacunadas unas 70.000 personas. Ninguna de ellas ha sufrido efectos secundarios relevantes". Entre esas 70.000 personas hay alumnos de dos universidades en las que se habían registrado casos, "y en ninguna de la dos han vuelto a detectarse casos de meningococo B", agrega el pediatra.
Posición de las Administraciones públicas. "Tras la revisión técnica de la información disponible hasta ahora, las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas y del Ministerio han acordado, por el momento, recomendar el uso de esta vacuna únicamente en las personas con un mayor riesgo de enfermedad. Se hará un seguimiento del uso de esta vacuna en España y en otros países y, sobre la base de la información que se vaya obteniendo sobre su efectividad real, se volverán a revisar las recomendaciones de uso".
