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Los usuarios de la Lila esperan diez días por una cita con el médico de cabecera

Los sanitarios aseguran que el problema de las listas de espera del ambulatorio se debe a que la Administración no cubre las bajas

La Lila, la casa de los líos. La espera por una cita médica en el ambulatorio de la Lila y la falta de personal generan una oleada de quejas de los usuarios, dos de ellos en la foto, ayer, ante el centro de salud. LUISMA MURIAS

Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Hasta diez días de espera para conseguir una consulta con su médico de cabecera es la nueva denuncia de los usuarios del centro de salud de la Lila, uno de los más saturados de Oviedo por su situación, en el corazón del casco urbano. El motivo de los retrasos es, según la plantilla, se debe a que cada vez se sustituyen menos bajas. El pasado viernes, de los nueve facultativos que atienden las consultas de primaria, cuatro estaban de baja y sólo dos habían sido reemplazados, relataban desde el centro sanitario. Los pacientes de los otros dos se repartían entre sus compañeros. Y la agenda de otro médico estaba cerrada hasta el 23 de noviembre.

Las reclamaciones sobre demoras y esperas en el centro de salud de la Lila son habituales. Tanto y con tan escaso resultado, dicen los médicos, que los pacientes acaban tomándoselo con resignación y dejan de quejarse. La situación se hace menos llevadera cuando aumenta la carga asistencial. Suele ser en verano o en navidades, cuando hay personal de vacaciones, o ante cualquier eventualidad. Desde el centro de salud dicen que estos días están caducando las recetas electrónicas, que se implantaron en 2014 y que tienen una caducidad de un año, y muchos usuarios acuden a las consultas a renovarlos.

Las esperas de más de diez días son excepcionales pero tres o cuatro días de demora es de lo más común, cuentan en el centro sanitario. Hasta se compadecen de la situación en la que quedan los pacientes, dicen, porque si están asignados a un titular con una baja larga acaban pasando por un sinfín de médicos, sin continuidad ni seguimiento de sus dolencias.

Los médicos de la Lila se quejan de la sobrecarga de trabajo, con cupos de 1.800 pacientes, y confían en que se retrase la puesta en marcha de los nuevos partes de baja laboral, que estaba prevista para el mes que viene, ya que requieren más papeleo y ocupan más tiempo a los facultativos.

Javier Alberdi, el presidente del SIMPA, el Sindicato Médico del Principado, y también médico de primaria, afirma que lo que ocurre en la Lila es extensible a otros centros. El no tiene ninguna duda de lo que está pasando y por qué. "El número de sustituciones ha caído en picado", afirma. Las jubilaciones aumentan y muchos profesionales las están adelantando, según el portavoz del SIMPA.

El año que viene 30 médicos cumplirán los 65 años y se jubilarán en toda Asturias, según los datos del sindicato: dos en Jarrio, cinco en Avilés, cinco en Gijón, tres en Arriondas, cinco en Sama y diez en Oviedo.

La bolsa de empleo, de la que salen las sustituciones, es escasa, según Alberdi y en Oviedo no supera los 25 profesionales. El pasado viernes, según sus datos, sólo quedaba un médico disponible para toda el área IV. "Los sustitutos pasan a ser plantilla, porque los pocos que hay están trabajando", comenta el portavoz sindical.

Los médicos se marchan de Asturias y eso es así, según Javier Alberdi, por las malas condiciones laborales. "Tenemos un problema de recursos humanos muy importante y cada vez nos pesa más", señala.

"La gente se marcha porque Asturias no es atractiva desde el punto de vista profesional", afirma. "Los residentes no se quedan y la gente se va al Reino Unido, donde gana tres veces más que aquí y con condiciones de trabajo muy buenas, laborales y profesionales", explica.

La tasa de sustituciones de médicos en Asturias no llega al 10 por ciento en lo que va de año, según Javier Alberdi, que añade que son los consultorios rurales, atendidos por un solo médico y que no pueden cerrar, las que las acaparan.

Sólo hay una solución, según el representante de los médicos: "Hace falta más dinero para sanidad, sobre todo en Asturias con una población tan envejecida".

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