"Yo me llevo unas cuantas plantas. Un poco de salvia y unas begonias". Ana Ferrer se marchó hace unos días muy contenta del Campo San Francisco con una bolsa llena de flores. No fue la única que lo hizo. A su lado estaba Isabel Blanco, que se llevó el mismo cargamento vegetal a su casa. Y un número creciente de personas con carritos de la compra o bolsas vacías de supermercado rodearon uno de los jardines del Campo. Todas esperaron pacientemente a que los jardineros municipales les diesen las plantas que estaban retirando por cambio de temporada.

Juan José Fernández , en plena faena, explicó que "en los últimos años es normal que se formen corrillos cada vez que nos ven cambiar las plantas". Este jardinero está acostumbrado a explicar los cuidados que requieren las "Impatiens de Nueva Guinea" o las Begonias Drago (las plantas que más éxito tienen entre los ovetenses) mientras está preparando la tierra, quitando las malas hierbas o regando las flores.

El servicio de Parques y Jardines hace dos cambios anuales de plantas; uno en verano y otro en invierno, en todos los espacios verdes de carácter público.

"Repartimos flores en cualquier parte, pero sobre todo nos las piden en el Campo San Francisco, la plaza de América, la plaza de Castilla, General Ordóñez, y los jardines de los juzgados de Llamaquique cada vez que nos ven, comenta Isabel Blanco, compañera de trabajo de Juan José, que se convirtió por una mañana en florista.