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El Ayuntamiento de Oviedo iniciará el próximo año la mejora del Carlos Tartiere

El tripartito ultima un informe para acordar con el club las obras e incluirlas en el presupuesto

Un operario de limpieza, en una de las gradas en el Carlos Tartiere. JULIÁN RUS

El gobierno local (Somos, PSOE e IU) está a la espera de un informe técnico para establecer la hoja de ruta para la reforma del Carlos Tartiere, estadio del Real Oviedo. La idea que maneja el tripartito, que prevé tener el documento en los próximos días, es incluir partidas de gasto en el próximo presupuesto con el objetivo de iniciar el año que viene las mejoras en un estadio que es de propiedad municipal y que lleva años en mal estado de conservación.

Según fuentes municipales, una de las primeras actuaciones que propondrá el gobierno para el año que viene tiene que ver con la mejora del césped, acción prioritaria para la entidad. El tripartito prevé usar la solución que ya manejaba el anterior equipo de gobierno (PP): la adquisición de unas lámparas especiales de calor. La compra de estas lámparas ascendería a 600.530 euros, según un estudio al que ha tenido acceso este periódico, al margen del gasto extra en electricidad anual, que superaría los 200.000 euros. El documento, elaborado por FCC, empresa tutelada por el dueño del club azul, Carlos Slim, propone también sustituir la cubierta del estadio por otra nueva y traslúcida para que entre el sol, opción que, en principio, no se contempla por su elevado coste.

No obstante, la idea que tiene el gobierno local es consensuar con el Oviedo las mejoras en función del presupuesto que se disponga. Fuentes municipales esperan poder llamar al club azul "en menos de diez días" para concretar las actuaciones. Hace dos meses, ambas partas se reunieron para acordar un inventario de mejoras y, desde entonces, no han vuelto a hablar de forma oficial, una situación que ha causado extrañeza en el seno del club, que esperaba más celeridad por parte municipal. Las relaciones se han vuelto a enfriar y la entidad azul, que mandó en septiembre al Ayuntamiento un parte con las deficiencias del campo, aguarda novedades.

Desde el Ayuntamiento reiteran su compromiso con el Oviedo y, a pesar de que en el borrador de los presupuestos no se incluía ninguna partida para el Tartiere, aseguran que se añadirá. Varios técnicos municipales han estado estudiando la fórmula para llevar a cabo la sectorización del estadio, una obligación de la Liga de Fútbol Profesional. El Oviedo quiere que se haga cuanto antes porque el convenio de cesión del campo advierte de que si la obra se lleva a cabo con el club en Primera deberá financiarla la propia entidad. Esta actuación requiere una modificación estructural del estadio con la construcción de nuevos aseos y bares, entre otros equipamientos. Paralelamente al inicio de este proyecto, el gobierno quiere arreglar desperfectos internos relacionados con la accesibilidad, los asientos, la seguridad en la entrada y el cambio de tuberías que "están destrozadas".

Para todas estas actuaciones todavía no hay una cifra definitiva, aunque se calcula que el total de las acciones se puede acercar a los "cuatro millones de euros". El tripartito es consciente de que "hay que empezar ya" y promete acordar con el club en los próximos días las acciones más urgentes en función del presupuesto que el equipo de gobierno estime destinar este año al estadio azul.

Lo que no tiene previsto asumir el Ayuntamiento es la construcción de los 25 palcos vip, un proyecto pedido por Carso, máximo accionista, que ya tenía el visto bueno con el anterior equipo de gobierno (PP). En el club han recibido "más de noventa" peticiones de palcos por parte de empresas, lo que generaría un buen ingreso económico para la entidad. La tarifa de cada palco "superaría los 6.000 euros" por temporada. En el tripartito entienden, no obstante, que esa es una obra que debe costear el club, que será quien se beneficie de esos ingresos.

El nuevo estadio, inaugurado en el año 2000, tuvo un presupuesto inicial de 34 millones de euros, pero acabó costando 47. La obra siempre estuvo rodeada de polémica, especialmente por su ubicación norte-sur, lo que impide la entrada mayoritaria del sol al césped y su consiguiente debilitación. El estadio estuvo abandonado durante la mayor parte del periplo del equipo por Tercera y Segunda B.

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