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Al final de la semana

Un partido político en manos de la juez

El PP en Oviedo es Caunedo y sólo Caunedo, y con su imputación los populares navegan con un patrón tocado

Caunedo, haciéndose un selfie en la última campaña. ARCHIVO

En Oviedo, el PP es Agustín Iglesias Caunedo. Antes lo había sido Gabino de Lorenzo y el sucesor supo copiar el modelo, ponerle su marca y sacarlo al mercado con un aspecto incluso mejorado. O eso parecía a simple vista. Pero se salió de la vía en las elecciones y el futuro de Caunedo empezó a torcerse. Los fieles no desfallecieron y pensaron que podrían reconducir el barco: "Cuatro años pasan rápido, el tripartito se acabará estrellando y nosotros volveremos y les arrasaremos. Hemos ganado las elecciones de calle, tuvimos mala suerte y la alcaldía se nos fue por unos pocos votos y porque los del otro lado se pusieron de acuerdo a última hora". Con estos argumentos se daba ánimos la hinchada del PP. El líder empezó con calma a hacer oposición. La carrera se presentaba larga. Pero apareció la juez Pilar de Lara para romper la baraja. Tiene a Caunedo en el punto de mira y lo ha imputado por los viajes que disfrutó pagados inicialmente por Joaquín Fernández, el conocido como abrelatas político Aquagest. Se trata ahora de saber si hubo cohecho y/o prevaricación, que es lo que sospecha la juez. No le han bastado las explicaciones del exalcalde y anteayer decidía imputarle. Cornada grave para la carrera del político. Y para su partido en Oviedo porque, a lo que íbamos, el PP en la capital es Caunedo y solo Caunedo, un tipo omnímodo, todo lo abarca. En apenas cuatro años se hizo arropar por toda una organización, que ahora, con la imputación, queda tan dudosa de su futuro como el presidente de su junta local. Les han venido mal dadas porque no llegan a mil los votos que les sacaron del sillón y, sin haberse bajado, no cabía duda que su camino natural, el de Caunedo, era seguir la escalada política; y que habría terminado con el paso del tiempo optando a la presidencia del PP en Asturias. Solo la imputación le complica todo eso, igual que a los populares en Oviedo los deja navegando con un patrón tocado. Total, un partido, en manos de la juez.

"Lo están persiguiendo"

En política, cuando a uno lo señalan los jueces, se le esfuman los amigos. Agustín Iglesias Caunedo no los está poniendo a prueba porque ha preferido pasar este trago de puertas hacia adentro. No le faltan mensajes en su móvil y tampoco los que creen que alguien "lo está persiguiendo". Lo deja claro su abogado en el comunicado que difundió ayer y que hoy se publica en estas páginas. Habla de "campaña mediática dirigida" y se extraña de que las providencias de la juez hayan coincidido por tres veces en viernes, lo que los cercanos al exalcalde de Oviedo consideran que le deja durante todo el fin de semana bajo el foco informativo de los medios.

El Asturcón intenta el galope

Cuando parecía una instalación hundida camino del desguace, el Centro Ecuestre El Asturcón intenta recuperar el galope. El Alcalde, Wenceslao López, pasa de darlo por perdido y considerar un viaje inútil luchar por el centro, a presentarse ufano y confiado con unos pliegos para el concurso de su gestión -aún no son oficiales- que evitarían al Ayuntamiento el gasto de 1,3 millones de todos los años y que dejarían los caballos en manos de una empresa de probada solvencia. Esto último lo avalan las condiciones que avanzó López para el concurso publico, exigentes y que no cumple un cualquiera. Y el Alcalde está seguro de que la concurrencia no quedará desierta.

Eterno Alfredo Canteli

Uno, que no es viejo, pero tampoco joven tiene la sensación de que Alfredo Canteli lleva toda la vida de presidente del Centro Asturiano. Inicia ahora su quinto mandato y, al término, serán veinte años los de su gestión del club del Naranco. "El Centro Asturiano estrena ...", pongan en los puntos lo que quieran: piscina, polideportivo, zona infantil, etcétera, etcétera, etcétera, etcétera... Una cantinela, un titular, que de tan repetido, de tan habitual suena a que nunca termina el Centro de mejorar y de añadir novedades a la amplia oferta para sus 17.000 socios. Y quizá sea ese el secreto del eterno Alfredo Canteli.

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