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Los comerciantes de la calle Uría de Oviedo, hartos del "acoso" de los captadores de las ONG

"No se quedan con las caras, me paran cada vez que salgo de la tienda" y "espantan a los clientes", quejas de los vendedores de la zona centro

Una mañana en Doctor Casal. Cuatro captadores de ONG, distribuidos a lo largo de la misma calle, de forma que puedan tantear a todos los peatones. LUISMA MURIAS

"No se puede caminar ni cuatro pasos sin que alguien te aborde para intentar hacerte miembro de una asociación, así que mucha gente prefiere dar un rodeo para no pasar por aquí. Se agobia y los espantan". El testimonio de uno de los comerciantes de Doctor Casal y su entronque con Uría es prácticamente idéntico al de sus colegas del entorno, que cada día ven "hasta cinco o seis chavales en la misma acera y de la misma organización solidaria". Profesionales y viandantes se quejan del exceso de captadores de socios de ONG que hay en esta zona desde hace meses, especialmente a final de semana y en horario comercial.

"Comprendo que hacen su trabajo y que no tienen culpa de nada, pero no tiene sentido que haya tantos de una misma entidad". El camarero de un bar de Doctor Casal -que al igual que el resto de hosteleros y comerciantes de la zona, prefiere ocultar su nombre- se sabe de memoria el discurso de los captadores. "Disculpa. ¿Tienes un momentín?". Eso es lo que dicen los miembros de las ONG o instituciones humanitarias (algunos empleados y otros voluntarios) cuando se acercan a un potencial asociado. Según este camarero, que entra y sale sin parar del establecimiento, no todas las respuestas son agradables: "No sé a cuántas personas convencerán a lo largo del día, pero es muy raro que alguien se pare más de un minuto a hablar con ellos". De hecho, algunos transeúntes confiesan que ni siquiera les miran o se los quitan de encima con un "ahora no tengo tiempo".

Los captadores visten un chaleco con el logotipo de su ONG en la espalda y suelen llevar colgada una bandolera llena de folletos informativos sobre las causas solidarias que defienden. Se trata principalmente de proyectos sanitarios y de acciones contra el hambre en el continente africano.

"La verdad es que la mayoría pregunta con una sonrisa, pero también he visto chicos un poco faltones", La empleada de una tienda de ropa de Doctor Casal debe responder al menos un par de veces al día a los captadores. "Cambian con mucha frecuencia y no se acuerdan de las caras, así que cada vez que entro y salgo del establecimiento me piden que me haga socia", explica.

Una compañera de trabajo va más allá y asegura que "los hay que miran las bolsas que llevas para echarte en cara que por un poco de dinero puedes contribuir a una buena causa". No es la única que lo dice. En otro local de la calle aseguran que en fechas señaladas como Reyes o el Día de la Madre, "la persecución a los compradores es continua, espantan a los clientes".

Los vecinos del entorno reclaman que se regule de alguna forma, "sin falta de prohibir" la presencia de los captadores de instituciones humanitarias y ONG en el principal eje comercial de Oviedo.

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