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La gripe llegará a final de año, vaticina la Consejería de Sanidad

Los profesionales detectan una proliferación de virus respiratorios que afectan principalmente a niños y personas mayores

Una enfermera del centro de salud de Teatinos vacuna a una paciente contra la gripe. LNE

La epidemia de gripe comenzará a ser perceptible en los últimos días del presente año o en los primeros compases de 2016, y alcanzará su punto más elevado cuatro o cinco semanas más tarde, esto es, a finales de enero o principios de febrero. Ésta es la predicción que manejan, con más cautelas que nunca, los técnicos de la Consejería de Sanidad del Principado. Por el momento, precisan, "estamos empezando a detectar algún virus esporádico, pero no un aumento de casos".

Lo que sí está empezando a aumentar de una forma llamativa es la circulación de los denominados virus respiratorios sincitiales, cuyos efectos son particularmente intensos en los niños y en las personas mayores. Es habitual que estos virus actúen durante dos o tres semanas, y que a continuación dejen hueco a los gérmenes gripales.

En esta recta final de noviembre, el panorama de la gripe en Asturias es similar al del año pasado por estas mismas fechas. Los especialistas no atribuyen excesiva importancia a las elevadas temperaturas de octubre y noviembre. Lo único que destacan a este respecto son dos premisas. La primera, que "mientras no llega el frío, el virus de la gripe no circula". La segunda, complementaria de la anterior, que el calor "dificulta que los virus de la gripe puedan sobrevivir fuera del organismo, lo que hace más difícil la transmisión entre personas, aunque no imposible". O sea, dificulta, pero no impide, los contagios. De nuevo se observa que, en materia de gripe, hablar en términos de blanco o negro suele ser excesivamente arriesgado.

Desde la Consejería se reitera que la prudencia al realizar pronósticos sobre la gripe siempre es insuficiente. Un factor de la presente temporada que incrementa la incertidumbre es que, hasta el momento, se han aislado principalmente virus gripales B, que son "aún más impredecibles". En consecuencia, todavía no existen pistas que permitan realizar vaticinios solventes.

Con todo, los expertos de la Consejería no consideran probable un cambio brusco en la evolución de la gripe con respecto a lo sucedido en las últimas temporadas. Tampoco ven viable que la eventual epidemia genere un gran número de casos, dado que el virus que ha circulado estos meses atrás en el Hemisferio Sur es de similar composición al que predominó en el Norte en los meses finales de la temporada anterior. Al no variar la composición, buena parte de la población ha adquirido inmunidad de forma natural.

El invierno pasado fueron 24.744 los habitantes de la región que sufrieron un proceso gripal y acudieron a un centro de salud. Una cifra intermedia en el contexto histórico. Según la Consejería de Sanidad, las perspectivas para estos meses fríos hablan de una incidencia de la gripe moderada y, en términos generales, similar a la de la pasada temporada.

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