Zaida Cantera, comandante en retiro del Ejército que sufrió acoso sexual y laboral por parte de sus superiores, no dudó ni un segundo en decir sí a la propuesta de "Oviedo Emprende" para viajar ayer hasta Asturias y participar junto a la vicealcaldesa de Oviedo, Ana Taboada, en una conversación con motivo del Día internacional contra la violencia de género. "Todo lo que sea colaborar para que una mujer no acabe en manos de un presunto asesino o asesinada, que le anime a dar un paso adelante y librarse de esta lacra, lo voy a hacer"

-¿Somos conscientes de las dimensiones de la violencia de género?

-Desde 2003 llevamos más de 800 mujeres fallecidas en España por esta causa, una cifra similar a las muertes por el terrorismo de ETA, guardando las distancias y con el mayor respeto. Eso nos tiene que hacer pensar mucho.

-Usted se atrevió a denunciar en las Fuerzas Armadas.

-Yo no soy más valiente que ninguna otra mujer por haber sido militar. Todas estamos capacitadas para dar un paso adelante y decir que nadie, absolutamente nadie, está en el derecho de coartarnos nuestra libertad, de vejar nuestra dignidad o de humillarnos por el hecho de ser mujeres. Todas tenemos una salida.

-¿Qué fue lo que hizo que dijera "hasta aquí"?

-Un día en el que este hombre manifestó una actitud muy típica de estos aberrantes seres, tratar de mancillar mi honor, y lo hizo tocando una cosa muy importante, el recuerdo de mi madre. Este delincuente citó a mis subordinados para decirles que mi soberbia venía de la educación que me había dado ella, insultándola. Además, empezó a atacar a todos los que dependían de mí, y eso no lo podía permitir. Había conseguido parar el acoso sexual, aguantar el laboral, pero lo de atacar a mi entorno era inaguantable.

-Pues aguantó mucho.

-Demasiado. Estaba en un entorno laboral sexista, que no machista, como son las Fuerzas Armadas, en un momento en el que mi unidad estaba recibiendo muchos reconocimientos y recogiendo los éxitos que tanto trabajo nos habían costado. En ese punto, saber que vas a perder todo por denunciar, te hace plantearte si merece la pena. Ese es el problema, que con las leyes actuales, la víctima que denuncia pierde más de lo que gana.

-¿Qué hay que cambiar para que eso no ocurra?

-Quitar esa idea de que si una denuncia no se puede probares falsa, porque son solo el 0,01 por ciento. Eso sí, hay que acabar con ellas y ser tajantes. Aquí, en Asturias, había casos dantescos con una jueza que minusvaloraba lo que contaba una mujer frente a un hombre, eso es una aberración y acaba con mujeres asesinadas. Hacen falta más medidas preventivas y condenas más duras.

-La de su agresor fue de dos años y diez días.

-Le cayó esa pena porque, al ser coronel, si le caían tres años y un día, acabaría fuera de las Fuerzas Armadas. Y los jueces pensaron que pobrecito. Pasé por un acoso sexual; cuando le paré los pies, por un acoso laboral; por intento de agresión y atentado contra mi vida, porque ordenó tirar unas tracas cerca de la tienda de campaña donde dormía, que si hubieran prendido, hoy no estaría aquí. Hubo humillaciones, vejaciones, agresiones físicas, y todo ese sufrimiento se paga con dos años y diez meses. Es demencial.

-Él acaba de presentar otra denuncia contra usted por atentar contra su honor.

-Eso solo demuestra la obsesión que tiene este hombre conmigo. Esta misma denuncia ya se archivó en los tribunales militares. Yo no tengo la culpa de lo que ha pasado, su honor no se lo he quitado yo por hablar, lo ha perdido usted en el momento en el que decidió usar su rango, su empleo y su género de hombre para acosarme.

-¿Se ha sentido apoyada por las Fuerzas Armadas?

-En su conjunto, no, pero por muchos compañeros, sí. Lo que pasa es que el sistema es muy perverso, a pesar del protocolo de acoso sexual que han aprobado. No se permite señalar a un machista y que no pase nada, y más si es un rango alto.

-¿Y por el Ministerio de Defensa?

-No, nunca. Este hombre todo lo que tenga que ver con las mujeres y sus derechos, cero.

-Su entrada en las listas del PSOE ha sido muy criticada.

-Entré en política para servir a los ciudadanos, la misma razón que me llevó a las Fuerzas Armadas. Ahora tengo una pensión vitalicia, por desgracia, así que no lo hago por dinero.