Jesús Andrés Suero (Oviedo, 1957) es oftalmólogo y ejerce la especialidad en el centro de Atención Primaria de la Lila. Refiere que fue el primer médico residente que se formó en el antiguo Hospital General de Asturias. Añade que es médico adjunto del Hospital Universitario Central de Asturias en excedencia voluntaria y que durante 23 años ha dirigido el servicio de Oftalmología de la Clínica Asturias de Oviedo.

-¿Se ha resentido la salud de los ojos con la crisis económica? ¿Se pasa menos por la consulta? ¿Se gasta menos en gafas?

-La crisis económica, el menor poder adquisitivo y el elevado desempleo también tienen impacto en el sistema sanitario. Durante la crisis se ha recortado el gasto sanitario, y si bien, la visión no es un tema lúdico sino un tema de extrema necesidad, es indudable que durante estos últimos años han variado los hábitos de los ciudadanos alargando los períodos de revisiones oftalmológicas y aumentado el tiempo medio que se tarda en renovar las gafas.

-¿La miopía sigue siendo el problema ocular más común?

-La miopía constituye uno de los motivos de consulta más frecuente en las consultas de oftalmología, especialmente entre los 20 y los 40 años de edad. Fuera de esta franja es más frecuente la hipermetropía. La miopía es más común en personas con nivel académico medio alto o titulación universitaria. Las influencias genéticas en la aparición de la miopía parecen demostradas. Sólo un 10 por ciento de los niños miopes no tienen padres miopes. La frecuencia de presentación de la miopía es de un 16 a un 25 por ciento, si uno de los padres lo es y asciende hasta entre un 33 y un 46 por si ambos padres son miopes. Actualmente se acepta que existe una predisposición genética a la que se suman varios componentes ópticos que determinan la refracción total. Recientes estudios parecen indicar que los cambios refractivos pueden en alguna medida estar condicionados también por factores bioquímicos. Son necesarios más estudios para confirmar esta última teoría. El factor genético es mucho más activo en la hipermetropía que en la miopía.

- ¿Por qué cada vez parece haber más miopes?

-Hace menos de un siglo el hombre realizaba tan solo un 10 por ciento de actividades que precisaban visión cercana. Con el cambio de actividades, la vida actual precisa en un 90 por ciento de visión cercana. Sólo un 10 por ciento de las actividades que realizamos requieren de visión lejana precisa. Esta aumento en el trabajo de cerca condiciona el diagnóstico de miopía en edades cada vez más tardías. El porcentaje de miopía en una población va paralelo al grado de formación. Cuanto más largo es el tiempo dedicado a la formación y el estudio mayor es el número de miopes. La profesiones que requieren más esfuerzo visual tienen más miopes. Datos epidemiológicos indican que las máximas incidencias de miopía se observan en sistemas educativos en los que la demanda visual de cerca es muy elevada. Mirar pantallas de ordenador durante muchas horas, leer con poca iluminación o cualquier cosa que fatigue nuestros ojos incrementan el riesgo de padecer miopía., de ahí que su incidencia haya aumentado en los últimos años.

-¿Se pueden tomar medidas para prevenir la miopía o para frenar su avance?

-El interés parece centrado en la acomodación, ya que parece bien demostrada la relación entre la aparición de miopía y el trabajo de cerca. No existe una única vía para frenar la evolución de la miopía. Si bien históricamente se ha considerado el exceso de trabajo de cerca -por ejemplo, leer- como un factor de riesgo para el desarrollo de la miopía, la evidencia más reciente indica que el factor fundamental es el tiempo que se pasa haciendo actividades al aire libre y la mayor exposición a la luz solar, lo que parece proteger contra el desarrollo de la miopía. El nivel de educación académica y el estilo de vida tienen una mayor influencia en el desarrollo de la miopía que los factores genéticos.

-¿Cuándo deben empezar las revisiones oftalmológicas en los niños?

-Nunca es demasiado pronto para realizar la primera revisión de la visión infantil, aunque obviamente estas serán cada vez más completas conforme el niño sea más mayor y pueda colaborar activamente en la exploración. Todos los niños deberían ser revisados por el oftalmólogo antes de iniciar la etapa escolar, de esta manera se evitarían muchos problemas de aprendizaje. En ocasiones los niños rechazan la lectura o la escritura debido a problemas en la visión cercana que ellos no saben interpretar, y otros tienen un retraso escolar por problemas para leer la pizarra, por una baja visión lejana. Si el niño desvía un ojo, se acerca al leer o escribir, tiene problemas en la visión lejana, con la pizarra o la televisión, si tiene dolores de cabeza tras realizar un esfuerzo visual o los ojos rojos, si presenta diferente visión entre un ojo y otro o si hay antecedentes familiares de miopía, hipermetropía, astigmatismo u otras enfermedades oculares debe acudir a un oftalmólogo sin demora. A partir de los cinco o seis años las posibilidades de recuperación son escasas, y es prácticamente imposible a partir de los ocho o nueves años, dando lugar a un ojo vago, ambliope o gandul, que es aquel que no ha desarrollado normalmente durante la infancia y como consecuencia tiene un severo e irreversible defecto visual. La visión que no se gana durante la infancia no se recupera posteriormente. Cuanto más precoz sea el diagnóstico más eficaz será el tratamiento y mejor el pronóstico.

-Y en la vejez, ¿cuáles son los problemas más frecuentes? ¿Hay manera de retrasar la aparición de las enfermedades asociadas al paso de los años?

-Con la edad nuestro cuerpo sufre cambios que a veces limita las actividades habituales. El sistema visual no es una excepción, y algunas enfermedades o desórdenes visuales están asociadas con este proceso fisiológico. Afortunadamente la medicina moderna, en este caso la oftalmología, ha evolucionado de forma que muchos procesos patológicos o los cambios que aparecen con la edad, pueden tratarse y mantener un grado de visión óptimo para desarrollar una vida completamente normal. Los exámenes visuales periódicos, son una forma importante de prevención del cuidado de los ojos. Permiten una fácil detección de los problemas visuales asociados a la edad que pueden desencadenar graves pérdidas visuales, incluso con carácter permanente. Los cambios visuales causados por el paso de los años requieren una detección temprana para poder prevenir las consecuencias negativas que pueden desencadenar.

-¿Cuáles son las causas más comunes de pérdida de visión en las personas mayores?

-Las causas más comunes de pérdida de visión en los ancianos son la degeneración macular asociada a la edad, la catarata, el glaucoma y la retinopatía diabética. Son también frecuentes las "moscas volantes" y la sequedad ocular. La recuperación de la función visual en estos pacientes ancianos tendrá unos efectos positivos sobre su calidad de vida. Se puede frenar el avance de la degeneración macular, la retinopatía diabética y la hipertensión ocular, si son detectadas en los primeros estadios, de ahí la importancia del diagnóstico precoz. La catarata en la mayoría de las ocasiones es susceptible de ser tratada con éxito de recuperación visual. En otros casos serán necesario potenciar la utilización de ayudas ópticas específicas para el trastorno de baja visión.

-¿Cómo es la salud ocular de los asturianos?

-Los asturianos, afortunadamente, gozamos de una excelente salud en general, óptima en los aspectos oftalmológicos. Nuestro sistema sanitario, público y privado, es puntero a nivel nacional y dentro de él la oftalmología adquiere especial relevancia. Los asturianos somos unos privilegiados en este sentido.

-Recientemente a salido a la luz que varias personas en España han perdido la visión por la aplicación de un medicamento en mal estado. ¿Hay motivo para la alarma general?

-Se trata de una partida de líquidos perfluorocarbonados empleados en la cirugía del desprendimiento de retina con supuestos problemas de toxicidad, y graves consecuencias anatómicas y funcionales para los pacientes intervenidos. No hay constancia de la utilización de esa partida en los hospitales asturianos.