Maite Herrero emocionó ayer con su discurso a los vecinos de la Tenderina. La madre de Osvaldo (el pequeño de diez años con síndrome de Asperger al que el Principado quería enviar a un centro de educación especial en Latores y que finalmente se quedó en el colegio público de Fozaneldi) fue la pregonera de las fiestas patronales del barrio, dedicadas este año a la defensa de la integración social de las personas con discapacidad, y que finalizarán mañana con un amagüestu popular frente a la parroquia de San Francisco Javier.

"Que en los colegios haya niños como Osvaldo enseña a todos sus compañeros y a sus familias la verdadera convivencia en pie de igualdad y no como simple conmiseración de unos supuestos individuos superiores. Gracias a Osvaldo, en mi vida no hay cabida para el desánimo. Tenemos el deber moral de quitar obstáculos a los diferentes". La madre del pequeño pronunció estas palabras ante decenas de personas y acompañada por el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos; representantes del Centro de Educación Especial de Latores; y de la Asociación de Ayuda a Deficientes Psíquicos (Adepas).

También recibió un caluroso aplauso de sus vecinos el sacristán de la iglesia, conocido popularmente como "Titi". Este joven con síndrome de Down colabora desde hace años en las labores pastorales junto al párroco, Alberto Reigada, y se ha ganado la confianza y el respeto de los fieles. "Es alguien muy querido en el barrio y que representa mejor que nadie el espíritu de las fiestas patronales de este año", explicó ayer la secretaria de la Asociación de Vecinos, Amelia Santiago, que junto al resto de asociados homenajeó al establecimiento "con más solera" del barrio "Casa Kilo", ahora al cargo de Delfina Moreno. El primer día de las fiestas de la Tenderina terminó con la actuación del Coro San Javier y una verbena.

La celebración continúa hoy con un baile infantil de disfraces, el IV Encuentro Coral del barrio, o la entrega de los premios del VII Campeonato de pinchos de la Tenderina, entre otras actividades.