Carlos Gustavo Pérez García es la cara más visible en Asturias de un movimiento que agrupa a un millón y medio de socios en 202 países de todo el mundo, el de los Lions. Es un "club discreto" pero no secreto y se dedica a "la filantropía pública". Su "sueño", como presidente de los leones ovetenses, es atraer a Oviedo una convención de la organización, a la que pertenecen según dice desde el presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, hasta el Papa Francisco o los Reyes eméritos de España. "Nos une la labor filatrópica y las relaciones que se establecen entre los miembros", explica.
Licenciado en Geografía y experto en desarrollo territorial, Carlos Gustavo Pérez (Oviedo, 1979), ha colaborado con el CeCodet, el Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial de la Universidad de Oviedo, y ha trabajado en Londres y Lisboa. Cuenta que en la capital portuguesa asistía a las reuniones de los Lions y cuando se planteó la apertura de un club en Oviedo recurrieron a él.
El movimiento de los Lions fue fundado en 1917 por Melvin Jones y, según refiere el ovetense, en España entra a través de las bases militares americanas. El club de Oviedo se fundó en el año 2008 y en la actualidad cuenta con veinte socios numerarios y entre cincuenta y sesenta colaboradores. Es un club joven, en el que la mayoría de los socios está entre la treintena y la cuarentena. "El de Oviedo es el tercer club más joven de toda España", asegura. "Antes los Lions no admitían mujeres, pero eso ha cambiado", comenta Carlos Gustavo Pérez.
No admiten subvenciones ni donativos, se financian sólo con las cuotas de los socios. No tienen filiación alguna con grupos políticos ni religiosos. "Antes era elitista, ahora no", afirma. Sólo se puede ingresar por invitación, según el presidente, y tras superar un periodo de prueba de seis meses. El único requisito previo es tener más de 25 años.
La filial ovetense de los Lions otorga un premio anual. El ganador elige el destino de los fondos recaudados por el club. Algunos ejemplos: Faustino Pozo Fidalgo, jefe del servicio de Cirugía General del hospital Álvarez-Buylla de Mieres, lo inviertió en material quirúrgico que fue enviado a los campamentos de refugiados saharauis; el presidente de la Cocina Económica, Jaime Rojo, lo gastó en comida; con Luis Fernández-Vega está en proyecto la creación de un banco de ojos.
"No somos una oenegé", subraya el presidente de los Lions en Oviedo, sino una organización mundial de servicio. Carlos Gustavo Pérez cuenta que han sido importantes las contribuciones que la organización ha hecho en Haití, desde de la catástrofe que asoló el país. En Rochester, sigue relatando, mantienen una de las mejores escuelas de adiestramiento de perros guías para invidentes.
El movimiento está en expansión y según Carlos Gustavo Pérez se extiende a pasos agigantados en China. A los leones ovetenses, cuenta su presidente, les gustaría apadrinar un nuevo club en Cuba.
