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Al final de la semana

Dos fortunas para salvar una ruina

Carlos Slim con el Oviedo y un jeque de los petrodólares, posibles salvavidas del centro ecuestre de El Asturcón

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El agujero de El Asturcón, en dos brochazos, son sus 30 millones de coste y los 500.000 euros que se llevaba cada año de dinero público. La ruina del centro ecuestre lo abocaba al cierre hace unas pocas semanas. Wenceslao López lo señala como el asunto que más tiempo le ha quitado en sus primeros envites de alcalde; y dudaba si merecía la pena el esfuerzo para evitar un cierre quizá inevitable; unos cuantos litros de sudor más tarde, muchas reuniones después, dos fortunas mundiales merodean por la gran ruina equina de Asturias.

El Asturcón fue un marrón del gabinismo que le cayó a Caunedo, del que ni pudo ni supo librarse. Lo intenta ahora Wenceslao López y, un poco por casualidad, un poco por insistencia, resulta que ha atraído las miradas de dos ricos con apellido de lista Forbes: Carlos Slim, con el Oviedo y su grupo de empresas; y un jeque de Emiratos (el mundo del petrodólar) empresario de muchas cosas, una de ellas los caballos. Dos ultramillonarios en pugna por uno de los fiascos históricos de la ciudad. Qué cosas. Los dueños mexicanos del equipo buscan un vivero de futbolistas porque el Requexón se ha quedado en el otro siglo. Les gusta El Asturcón, ya manejan un proyecto y ahora estudian si seguir adelante o no. Que haya aparecido la opción árabe ha generado en el Carlos Tartiere curiosidad por saber si van en serio; una señal de que El Asturcón les gusta. La solución no puede demorarse. El 31 de diciembre termina el contrato con los gestores actuales; para entonces, Wenceslao López espera tener una respuesta: o un adjudicatario de la gestión del hípico o candado y cierre a una de las apuestas de Gabino de Lorenzo. Con una o con otra solución, el volantazo está asegurado en el centro ecuestre.

No es política, son obras

A veces, más de las recomendables, al político, así en genérico, la batalla de las siglas le nubla la vista. En Oviedo los hay que olvidan a la gente, demoran actuaciones y los dejan con la miel en los labios solo porque la idea venía de los de antes. Por algo así el gobierno actual no inauguró la iluminación de la pista finlandesa, porque venía de cuando el PP, igual que dejaron de anunciar el nuevo parque infantil en Vallobín. Cuestiones menores, sobre todo porque el trabajo está hecho y entregado, aunque sin foto política, que es hasta bueno. Pero cuando se quedan obras sin hacer en las parroquias rurales, cuando son vecinos de Oviedo los que pagan el pato, la cosa cambia. Acumular 10 millones de remanente no es lo más ortodoxo, pero Caunedo lo hizo. Y hecho está. Izquierda Unida pactó con él que ese dinero debía ir para la zona rural. Pero en el cambio de gobierno, a menudo enredados los nuevos en el papeleo y devorados por los plazos, la idea saltó por los aires. Y los vecinos se quedaron sin sus arreglos de caminos, que suena como si fuera algo de segunda, pero oiga, señor urbano, ¿no le revientan a usted las baldosas sueltas en plena acera? Pues hágase cargo. Y es que no es política, que son obras para la gente, esa gente que, claro, se sintió engañada y se la lió a IU en una reunión con vecinos el jueves pasado. Le pedían a Rivi la dimisión. ¿Quiénes? Pues qué cosas, el mismo grupo que lo idolatró meses atrás por sacarle a Caunedo los cuartos para los barrios y los pueblos. Y es que las cosas cambian cuando se da el salto de la oposición al gobierno.

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