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Un espíritu libre de barreras

El ovetense Diego Parrondo se prepara para convertirse en el primer deportista tetrapléjico en representar a España en atletismo en unos Juegos Paralímpicos

Arriba, Diego Parrondo, en la carrera "Wings for Life", en Breda, en la que fue embajador por Holanda. A la izquierda, Parrondo, en la silla adaptada, en plena competición. LNE

El joven ovetense Diego Parrondo Ojanguren quiere convertirse, con 20 años, en el primer deportista tetrapléjico en representar a España en atletismo en unos Juegos Paralímpicos. Su meta es llegar a las Paralimpiadas de Tokio 2020 en la modalidad de "wheeler", una silla de atletismo que se mueve con las manos. Vive en Holanda con su familia, donde compagina la actividad deportiva con los estudios de Ingeniería de Automoción.

Hace dos años Diego Parrondo sufrió un accidente cuyo resultado fue una lesión medular a nivel cervical que le cambió la vida. Ocurrió dos días antes de irse a Holanda, el 27 de junio de 2013. "Mi padre ya llevaba allí unos meses antes y mi madre estaba conmigo esperando a que yo acabara la PAU y a que me sacara el carné de conducir. Lo conseguí el mismo día del accidente".

Lejos de caer en el desánimo, aceptó lo ocurrido y decidió mirar hacia adelante con decisión. Durante un año se rehabilitó en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, donde tuvo el primer contacto con el deporte adaptado, que con el paso del tiempo dio sus frutos.

"El año pasado, hice quince kilómetros junto a mi hermano Álvaro en la carrera internacional "Wings for Life", que fue organizada por Red Bull, de la que fui embajador por Holanda, y este año volveremos a correr otra vez juntos y esperamos llegar a los veinte kilómetros". Álvaro Parrondo confía en clasificarse para poder competir en el campeonato europeo que se celebrará en Italia en el mes de junio del próximo año.

Para llegar a las metas que se marcó, el joven ovetense entrena todos los días durante más de una hora, y lo hace siempre en el exterior, independientemente de las condiciones meteorológicas, después de una jornada agotadora que comienza a las seis de la mañana, porque vive en la ciudad de Breda, a 70 kilómetros de la Universidad en la que estudia, y no regresa a su casa hasta las siete de la tarde. Cuando llegó a Holanda, buscó varios deportes para practicar y se decantó por el atletismo. A la semana conoció al matrimonio Boekelman: Ineke, la entrenadora y seleccionadora del equipo paralímpico belga, y Peter, el preparador físico. "Me gustó el grupo y la gente me ayudó mucho desde el principio". ¿Lo más difícil para llegar a la meta? "El tema económico, porque el atletismo tiene menos repercusión que otros deportes y el adaptado menos todavía, con lo que los patrocinadores no abundan. Partiendo de que el coste de la silla es muy elevado, unos 6.000 euros, esto me obliga a entrenar con una prestada que tiene veinte años, los mismos que yo", precisa. Por eso ahora está buscando patrocinadores, y si fueran de Asturias mejor. Diego tiene una página de Facebook para conseguir seguidores cuyo link es: facebook.com/DiegoP2020/.

También está participando en un proyecto de carácter deportivo, "Gaes persigue tus sueños". La fecha límite de elección de finalistas es el 15 de diciembre y le gustaría desde estas páginas invitar a todos los que quieran ayudarle a conseguirlo. Para ello sólo tienen que votar su propuesta en la web "persiguetussueños".

Que Diego Parrondo es una persona positiva no hay la menor duda, por eso el consejo que da a las personas que están en una situación similar es que se mantengan lo más activos posible. "Tienen que ser positivos porque de todo se sale, y el deporte es muy beneficioso en estas situaciones. Además, la terapia te rehabilita mentalmente: es una forma de salir del bache".

Dice que el accidente le enseñó a que hay que saber relativizar los problemas y sacar el lado positivo de las cosas. "Las barreras están en la cabeza, no en otro lugar. Tú puedes llegar a donde llegue tu cabeza", afirmó.

"Quiero aprovechar la oportunidad que me brinda este periódico para agradecer, como se merecen, a todos los que estuvieron a mi lado desde el día del accidente, a mis padres y familia, amigos, compañeros, profesores del colegio y conocidos, que no me dejaron ni un momento, ni siquiera en Toledo, a 600 kilómetros de casa. Todos ellos formaron parte de mi recuperación", sentencia Diego Parrondo, que con mucho espíritu ha conseguido salvar esas barreras que dice que únicamente están en la cabeza mientras sólo mira hacia los Juegos Paralímpicos de Tokio.

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