La iniciativa de instalar una pista de hielo durante las pasadas navidades en la ciudad, que puso en marcha el anterior equipo de gobierno (PP), tuvo un amplio respaldo de los ovetenses, que acudieron a patinar el mes que estuvo instalada en la plaza de Porlier. La pista se instaló por primera vez el año pasado y los usuarios que la disfrutaron tenían que pagar un precio de cuatro euros, si era entrada de adulto, y de 2,5 euros si la entrada era de niño. El alquiler de los patines costaba entonces dos euros. Además, había posibilidad de comprar bonos por 15 y 10 euros para adultos y niños, respectivamente. El nuevo equipo de gobierno (Somos, PSOE e IU) siempre fue partidario de mantener la idea, pero quería que fuera gratis para los usuarios. Así, además de cambiar la ubicación de la pista al pasarla a la plaza de la Catedral, formuló unos pliegos que sólo atrajeron a una empresa. La oferta llegó tarde y Oviedo se quedó sin pista de hielo.