"Llevábamos varios días sobrepasando los límites y viendo cómo actuar. Decidimos tomar medidas para intentar reducir los niveles, a la espera de que llueva. A ver si tiene efecto", explicó el concejal de Medio Ambiente en Oviedo, Ignacio Fernández del Páramo (Somos). "Pero me temo que hasta que no vuelva a soplar el viento y llover no cambiará", añadió. Para el concejal, el problema es "importante" porque afecta a la salud de la gente y requiere una solución más allá de medidas puntuales como la que se está desarrollando de restricción del tráfico. "Vamos a emprender estudios a distintas escalas, hay mucho trabajo por delante, porque es un problema constante. El año pasado las mediciones estuvieron al límite", apuntó el concejal de Medio Ambiente en Oviedo. De hecho, está previsto que pasado mañana el Principado y el Ayuntamiento mantengan una reunión de trabajo para abordar el problema.

También ha participado en el gabinete de crisis por contaminación ambiental a la entrada de la ciudad el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández (PSOE), quien explicó que se intentó hasta el último momento evitar que la circulación del tráfico se viera afectada. "Éramos partidarios de emitir una comunicación instando a la ciudadanía a usar el transporte público; restringir el tráfico es una medida traumática", explicó. "Hemos estado valorando si la contaminación se podía deber a la central térmica de Soto de Ribera, pero nos han contestado que no, que es un problema de tráfico y que había que actuar", manifestó el concejal de Seguridad.

Al final, además de restringir el tráfico, el Ayuntamiento sí pidió la colaboración de los vecinos para que, en la medida de lo posible, eviten el uso de los vehículos particulares para tratar de rebajar los límites de contaminación ambiental. "Resultaría beneficioso que el transporte público pudiera absorber parte de los viajeros que diariamente realizan trayectos en vehículos particulares", manifestaron.