A los vecinos de Ventanielles y Teatinos, separados por la autopista "Y", les dieron ayer un respiro. Por primera vez en la historia se cortó al tráfico uno de los principales accesos a la ciudad. Llevan años imaginando un bulevar (o algo que se le parezca) y esto ha sido como un ensayo. Sin embargo, las restricciones a la circulación de vehículos se deben a razones que preocupan mucho a los residentes: la contaminación del aire que respiran. Unos y otros hablan de "la boina" de polución que en ocasiones se sitúa sobre sus viviendas y hasta tienen controladas las horas en las que se respira peor.

Cuando Rafael García se asoma al balcón de su vivienda en Ventanielles dice que percibe "un olor a chamuscao" y que eso sucede sobre todo entre las cuatro y las ocho de la tarde y las nueve de la noche. "La boina, el tráfico, todo se mezcla", explica este hombre que se anima incluso a bromear con la situación. "Estoy encantado con que corten el tráfico, todo lo que sea para respirar mejor... por mí como si cortan la digestión", explica. Su compañero de paseo, Ismael Fernández, replica que si el problema se lo quitan a un barrio "se lo llevarán a otro" y se apiada de los vecinos de Fozaneldi o la plaza de Castilla "si todo el tráfico se lo meten por allí". Ambos coinciden finalmente en que se debería buscar una solución, que dejan en manos de los expertos.

Hace 45 años que Ángeles Trigo reside en Ventanielles y en la última década ha notado cómo, cada vez, le cuesta más respirar. Y no lo dice una persona cualquiera. Ángeles Trigo es enferma de Epoc, una enfermedad pulmonar obstructiva crónica. "Respiro muy mal y con mi enfermedad noto la contaminación al respirar. Soy una de las personas más indicadas en el vecindario para hablar de esto, porque lo padezco", explica la mujer. "Cada vez que hay contaminación lo noto, es como si me ahogase. Llevo fatigada desde el viernes y hasta que llueva y limpie todo sé que no mejoraré", sostiene esta vecina de Ventanielles.

Lidia González vive al otro lado de la autopista, en Teatinos, desde hace cinco años. "Es normal que haya contaminación, desde las ocho de la mañana esto no para. Mi pareja, a veces tarda veinte minutos en salir del atolladero para ir a trabajar", comenta. A Rubén y Juan Siñeriz, padre e hijo, les parece "estupendo" que se corte el tráfico por la salud de una zona de la ciudad "que sufre mucho", dicen que más desde que se abrió el nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

Por su parte, la asociación de vecinos Paulino Vicente de Teatinos criticó ayer en un comunicado la decisión de cortar el tráfico para frenar la contaminación al considerarla "una medida ineficaz". Aseguran que, de este modo, el problema se traslada a otros barrios de la ciudad. "Es cosmética, porque lo único que pretenden es reducir los niveles en una estación concreta, la del Palacio de los Deportes", cuestionaron.