Tres empleados de una empresa de reparto perteneciente a un grupo de telefonía simularon haber sido víctimas del robo de veinticinco móviles y tarjetas SIM por valor de 8.500 euros mientras estaban trabajando. Sin embargo, la Policía Nacional descubrió el engaño y los detuvo por simulación de delito, denuncia falsa, robo con fuerza y estafa al tratar de cubrir los gastos derivados de la sustracción de los teléfonos con el dinero de una póliza de seguros.

Los investigadores concluyeron tras varios días de trabajo que los tres repartidores habían trazado un plan para quedarse con la mercancía, presentar una denuncia ante la Policía Nacional para justificar la pérdida de los móviles, y finalmente dar cuenta al seguro de uno de ellos para cubrir la responsabilidad civil ante la empresa de telefonía para la que trabajaban.

Uno de los empleados confesó que puso la denuncia por las presiones de su jefe, que además se habría llevado la furgoneta de reparto para forzar la cerradura y devolverla después con signos de haber sufrido un robo. La Policía averiguó además que los repartidores habían cargado la mercancía robada en un vehículo distinto al que habían denunciado en la comisaría.

Los tres fueron despedidos de la empresa de reparto de inmediato y pasaron a disposición judicial.