Cristina Yanes lleva el mundo de la joyería en la sangre. Es la quinta generación de una de las familias con más reconocimiento dentro del mundo de la joyería española. Pero, a pesar de la responsabilidad de la tradición, Cristina Yanes tiene grabado a fuego el dicho "renovarse o morir". Por eso, una de sus principales apuestas en los últimos años es crear colecciones adaptadas a todos los bolsillos y rejuvenecer el diseño de las piezas, "porque los jóvenes de hoy son los clientes del futuro. Tienen que empezar a conectar con nosotros ya", afirma.
Por eso, Yanes se ha traído al hotel Reconquista de Oviedo los principales modelos de su línea "young" (joven). "Tenemos muchas clientas en Madrid que son de Asturias, y aunque tenemos puntos de venta en toda España, siempre me gusta venir aquí y enseñar yo directamente lo nuevo. Oviedo es una ciudad que encaja mucho con nuestro estilo. Es clásica, pero está muy pendiente de toda la vanguardia que hay en la moda nacional e internacional", apunta.
No le importa reconocer que su sector "está en un momento complicado" por la crisis de la ornamentación y del lujo. "Así que o te adaptas a ofrecer algo que no requiera gran inversión y que pueda encajar en ese pequeño espacio que aún reservamos para darnos a algún capricho, o te alejas del mercado". En esa línea están las seis colecciones que ha traído a la ciudad y que se engloban en "Top jewels". Cinco de ellas llevan el nombre de una estación de esquí de alto nivel y la sexta se ha denominado "Alhambra young", una reedición de la colección más vendida de la historia de la firma, creada por Esteban Yanes, miembro de la tercera generación, en 1933. "El punto de partida fue el encargo de una tiara para una boda de la alta sociedad granadina. Se embarcó en un viaje por la zona y visitó la Alhambra, que tomó como fuente de inspiración". De esa experiencia surgió la pulsera "Alhambra eterna", una filigrana de oro amarillo enmarcada en una delicada banda de oro blanco con diamantes y rubíes. "Es una pieza que la cuarta y la quinta generación hemos ido remodelando, al igual que el resto de la colección". Ahora, esas ricas y lujosas piezas de oro macizo y diamantes aparecen reinventadas en plata blanca y plata dorada para acercarlas a un nuevo público. "Son piezas muy grandes, con mucho estilo, que valen para cualquier mujer".
En el resto de vitrinas que ocupan la sala se pueden ver las piezas de "Zermatt", una colección muy sofisticada y basada en los colores del rubí, el zafiro y la esmeralda; "Bariloche", una línea más informal cuyo fundamento es una consecución de eslabones ligeros en tres tonos de plata, blanca, dorada y rosada; "Aspen", piezas que combinan la plata negra y la rosada, y la blanca y la dorada creando dúos de color; "Chamonix", la más exquisita y elegante gracias a la mezcla de ágata roja y labradorita; y "St. Moritz", la más básica con pulseras de aro y pendientes de nudo en dos tonos de plata. Además, se pueden ver piezas de la línea "Alhambra oro" y los pendientes "start peaks" que lució Paloma Cuevas en la boda de Cayetano Rivera y que han causado furor. "Los originales, un tipo 'bandeau' que rodea todo el lóbulo, están hechos de oro y diamantes y por eso su precio es elevado. Ahora hemos hecho una versión más asequible en plata y topacio azul que le quita un cero al precio", cuenta entre risas.
A la hora de recomendar qué piezas no pueden falta en el joyero de una mujer, lo tiene claro. "Unos pendientes, es lo que te da más luz a la cara y, cuando hablas con alguien, es lo primero que te ve; un brazalete como complemento, para dar el toque final al look; y un collar muy "minimal", de tipo cadenas, como el punto más de moda". Pero, a pesar de hablar de moda, su firma seguirá creando piezas atemporales, que hagan sentir mejor a las mujeres que las llevan y cien por cien españolas.
