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El tripartito, bajo el signo del 20-D

La pugna de cara a las generales multiplica las fricciones en el seno del gobierno local que conforman Somos, PSOE e IU

El tripartito, bajo el signo del 20-D

La campaña electoral de cara a las generales del próximo 20 de diciembre se vive con intensidad en el seno del gobierno tripartito de izquierdas que comanda la ciudad desde junio. Nada extraño si se tiene en cuenta que todos los contendientes asumen que van a ser los comicios más igualados de la historia de la democracia, sin mayorías absolutas y con la entrada en escena de los nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos).

De ahí que cualquier ayuda que desde la periferia, tanto a nivel local como autonómico, se preste al esfuerzo estatal de los partidos por sumar apoyos en las urnas sea más vital que nunca. Y es que un puñado de votos dará o quitará diputados, que a la hora de posibles coaliciones pueden ser vitales para mantenerse o asaltar La Moncloa. Por eso los miembros del tripartito, más que nunca, viven permanentemente con el cuchillo entre los dientes. Lo sucedido en los últimos días se suma ya la larga lista de desencuentros que los tres partidos de izquierdas acumulan desde el primer minuto de su entrada en el gobierno. Estos han sido algunos de los últimos.

La nueva política tira de los recursos de la vieja. Voto es voto. Y los podemistas de Somos lo saben. De ahí que incluso echen mano de viejas estrategias de otros tiempos para tratar de sacar los colores a sus rivales. Ahí está cómo Ana Taboada y sus chicos han tirado esta semana de un viejo "greatest hits" del gabinismo: el del cerco a Oviedo al que, según el PP, el gobierno socialista del Principado sometía a la ciudad a través de los presupuestos regionales. La única diferencia es que los de Somos han cambiado el término "guerracivilista" del cerco por el de "deuda histórica", también con olor a naftalina pero más de la Transición. Llámese como se llame, la filosofía es la misma: el PSOE margina a Oviedo en las cuentas regionales. Y como toda acción tiene su reacción, los socialistas ovetenses esta vez no se mordieron la lengua para acusar a los podemistas, con el respaldo de IU, de hacer un "análisis partidista" del proyecto presupuestario regional.

La Memoria histórica, otra fuente de conflictos. Si en algo están de acuerdo Somos, PSOE e IU es en la necesidad de rematar el cumplimiento de la ley de la Memoria Histórica y desterrar la herencia franquista del callejero carbayón. Pero ni para cambiar el nombre de una calle hay acuerdo. Tampoco para conformar la comisión de sabios que decidirá los nombres a cambiar. Y eso que la comisión estará formada por asociaciones, la inmensa mayoría, vinculadas a la izquierda. Sin echar a rodar, la Memoria Histórica vivió anteayer su primera crisis: a Somos no le gustó la propuesta realizada por IU de que un experto, demandado por "gestión opaca" durante su etapa como responsable de una asociación, formara parte del comité. Los comunistas replicaron alegando que sólo habían sido meros transmisores de la petición y aseguraron sentirse "engañados por una compañera de trabajo", en referencia a Ana Taboada, que al parecer conocía el "expediente" del experto y dejó pasar la bola para que se la comiera de lleno IU.

El presupuesto, oculto hasta para el Alcalde. Si el presupuesto es el reflejo de las líneas políticas de cualquier gobierno, el del tripartito ovetense es la prueba de la difícil convivencia de la izquierda local. Con el diseño de las cuentas ya negro sobre blanco, las tres fuerzas se sentaron anteayer a hablar sobre ellas. PSOE e IU esperaban que el podemista Rubén Rosón -el edil encargado de las finanzas locales- les entregara una copia del proyecto presupuestario. Todo lo contrario. No hubo copia ni para el Alcalde. Rosón envió luego los papeles vía correo electrónico, pero embargando la información sobre las concejalías que controla Somos. En el tripartito, unos, dicen que el edil más joven de la Corporación -Rosón- "vaciló" al de mayor edad, que no es otro que Wenceslao López. "Es como ese profesor al que sus alumnos no respetan y le tiran papeles con una cerbatana. No sabe imponerse", dicen sobre el Alcalde los que menos le quieren. En cambio, los que sí respetan al regidor cuentan que su estrategia es clara y a largo plazo: asistir desde una butaca privilegiada a cómo Somos e IU se destrozan en su pugna por ser la marca favorita de la izquierda más izquierda, y en todo caso, y si corre mucha sangre o los golpes van a la zona bajoventral, ejercer de árbitro.

El Asturcón y el fuego amigo. "Disparad sobre nosotros, el enemigo está dentro". Así, como uno de aquellos defensores del gijonés cuartel de Simancas durante la Guerra Civil, debe sentirse en ocasiones el Alcalde. El afán de Somos por desgastar al PP ovetense con la trama del agua, los viajes de Caunedo y los capítulos contables de "putiferios" y "putas y varios", llevó a los de Taboada a poner en solfa la independencia del interventor por un informe. Las acusaciones han tenido un efecto boomerang para el tripartito que va camino de empañar uno de los grandes logros que la izquierda podría vender: encontrar una salida al Asturcón, una de las envenenadas herencias del PP. Resulta llamativo que por una de las ruinosas operaciones del gabinismo pugnen los millones del mexicano Carlos Slim o los de los petrodólares de un jeque árabe, y que todo se complique por cuestiones burocráticas. Y es que, para evitar nuevas acusaciones, el interventor está repasando con minuciosidad los pliegos para sacar a concurso la gestión del hípico. Y por tres veces, el alto funcionario ha dado marcha atrás al documento. El tiempo se agota y la solución puede esfumarse. Lectura positiva: ya hay quién se ha dado cuenta que una administración puede funcionar sin políticos, pero no sin funcionarios. Ahí está el caso de Italia, cuya economía creció más que nunca en los años en los que el gobierno de la república "azurra" cambiaba prácticamente todas las semanas.

La carrera por las medallas. Ya se sabe que los tiempos de urnas son tiempos para que los políticos saquen brillo a las medallas cosechadas. En el caso del tripartito la carrera por el lustre está produciendo escenas curiosas e injerencias competenciales. Un ejemplo: en IU todavía resquema que Somos se apuntara el tanto de aumentar las plazas de funcionarios por primera vez en décadas, ya que la gestión del personal municipal está en manos de los comunistas. El pisotón fue tal, que hace unos días la podemista Mercedes González (Educación) vendió en una rueda de prensa como propia la idea de dar el nombre del club Oviedo Moderno a una plaza en La Corredoria. La gestión la había realizado el edil de IU Iván Álvarez, que cuando se enteró de lo que estaba ocurriendo se plantó en la sala de prensa en plena comparecencia de González para dejar las cosas claras.

Rivi, en modo revisionista. Roberto Sánchez Ramos (IU), "Rivi", el concejal más veterano en el Consistorio -tiene sitio en el pleno desde 1991- se ha metido en el papel de revisionista de la historia local más reciente desde su atalaya de Cultura y Festejos. Rivi quiere -para indignación del PP- darle la vuelta al modelo heredado en todo tipo de cuestiones. Antes del verano, estuvo a punto de causar un incendio de proporciones bíblicas al poner en duda la legalidad del contrato para la producción de los conciertos de San Mateo en La Ería. Debate ciudadano, político, empresarial... ¿El resultado? Los conciertos se celebraron y el productor demandará al Ayuntamiento por unos 150.000 euros al considerar que la polémica lastró la venta de entradas. El siguiente paso fue meter mano a la Navidad: sacar el belén de la plaza de la Catedral y quedarse sin pista de hielo por una cuestión burocrática. Y estos días ha ayudado a revitalizar la vida asociativa vecinal en Montecerrao. El motivo no fue otro que su intención de llevar al parque del barrio la feria de ganado de La Ascensión, que desde hace unos años se venía celebrando en Llanera. Cabreo vecinal que se ha calmado después de que los técnicos municipales desaconsejaran la apuesta de Rivi. "Rectificar es de gente consciente", argumentó el concejal.

Entre comisiones relámpago y boicots internacionales. Y mientras todo esto pasa, la vida municipal va al ralentí. Los órdenes del día de las comisiones -de donde salen los temas que luego se abordan en el Pleno- están en blanco, las reuniones llegan a durar escasos seis minutos... Y cuando hay debate, se centra en asuntos que poco o nada tienen que ver con la ciudad: la paz en Colombia o la propuesta de Somos e IU -rechazada por el PSOE- de boicotear todo lo que tenga que ver con Israel (productos, instituciones...) por su actitud hacia el pueblo palestino.

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