Tengo la suerte de vivir en un edificio precioso en el centro de Oviedo, tanto que es un edificio protegido. Es tan especial que tiene una cúpula, y debido a ella llevamos desde agosto esperando del órgano competente una licencia de obra para cambiar el tejado que no llega.

Primero, en el Ayuntamiento, coincidió con las vacaciones del personal al cargo. Luego nos derivaron a un departamento distinto. Ahora parece ser que es competencia del Principado. El administrador del edificio no hace más que interesarse por el tema y el tiempo sigue pasando.

Se acabó el verano y llegaron las lluvias, ya no es sólo el tejado el afectado, en la casa son visibles las goteras en los dos pisos (es un dúplex), las puertas se abomban y les sale moho, el suelo también se está estropeando, y eso es sólo el daño que queda a la vista.

Entiendo que la Administración tiene innumerables tareas, pero también entiendo que debería haber un margen de resolución menor. Desde luego, es inconcebible que un edificio protegido esté más desprotegido que si no lo estuviera, puesto que en ese caso las obras para preservarlo se habrían acometido hace meses.