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RUBÉN FRANCO GONZÁLEZ | Nuevo doctor en Filosofía por la Universidad de Oviedo

"Julián Marías veía la historia de España como una continua lucha contra el Islam"

"Ni Marías ni Emilio Lledó son creadores filosóficos, pero son eruditos y no pueden ser considerados de quinta fila"

Rubén Franco, ayer, durante la exposición de su tesis. LUISMA MURIAS

Rubén Franco González (Oviedo, 1985) defendió ayer en el departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo la tesis doctoral titulada "La idea de España de Julián Marías desde el materialismo filosófico", dirigida por Gustavo Bueno Sánchez. Obtuvo la máxima calificación por parte de un tribunal integrado por Enrique González Fernández, José Antonio Méndez Sanz y José Manuel Rodríguez Pardo. El nuevo doctor es investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno.

-Usted analiza a Julián Marías desde el materialismo filosófico, pero Marías no era materialista.

-Puede chocar. Alguien puede pensar que, con un enfoque así, vamos a forzar la obra de Julián Marías. Pero en absoluto. Nos centramos en el libro de Marías "España inteligible", de 1985, y lo confrontamos con el libro clave de Bueno en este campo, "España frente a Europa", de 1999. Lógicamente, utilizamos muchos más materiales.

-¿Origen de esta investigación?

-La tesis surge por dos motivos fundamentales. Uno es el problema de España, la idea de España, el ser de España, y otro es la obra de Marías. En este caso, digamos grosso modo, Marías enmienda la plana a Ortega y se acerca más a Unamuno.

-¿Bajo qué premisa?

-Marías dice que la imagen ideal y real de la España perdida es el motor de la reconquista y lo que lleva a constituir la España posterior a la invasión musulmana. La tesis de "España frente a Europa", del materialismo, que nosotros asumimos, es que es en Covadonga (el "covadonguismo", como algunos dicen despectivamente) donde surge no sólo un foco de resistencia, sino de expansión, y a partir de ahí la idea de imperio. Marías sostiene que Castilla se hizo España, se transformó. Y la tesis de Bueno es que el Imperio hizo a España (por Dios hacia el Imperio, y no por el Imperio hacia Dios). Es decir, Oviedo como ciudad imperial, y desde ahí un proyecto u ortograma imperial católico.

-El ser o no ser de España sigue sin estar claro.

-Esta tesis quiere demostrar que la idea de España no es una cuestión de filósofos raros o de doctorandos ociosos, sino un asunto muy vivo. Se vio en el debate de ayer [por anteayer] entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. La primera pregunta de Campo Vidal fue: "¿Qué idea de España tienen ustedes?".

-¿Y qué idea de España tenía Julián Marías?

-Para Marías, España era esencialmente católica. Y para seguir siendo España deberá seguir siendo católica. Sostiene que España tiene a América, que es su vocación; y otros países europeos, no. No reniega de Europa, pero tampoco es un europeísta ingenuo. Defiende que Europa y América conforman lo que es Occidente. Y que Occidente es cristiano. Y esto entronca con la actualidad, con el yihadismo. Marías dice que la historia de España ha sido una lucha constante contra el Islam, y deja muy en segundo término el aspecto judío. Por supuesto, no apoya esa idea de armónica convivencia de las tres religiones en España. Pero todo eso necesita una teoría de la guerra, una teoría del Estado, que Marías no tiene, aunque eso no autoriza a considerarlo un simple autor ocurrente. Él se incluye en el colectivo de los intelectuales, y eso nosotros lo criticamos y lo problematizamos.

-¿Es un filósofo prolífico?

-Es un autor prolífico.

-¿Un filósofo creativo?

-Yo diría que no. Lo mismo diría de Emilio Lledó, en contra de lo que se ha dicho recientemente, con la concesión del Premio Princesa de Asturias. Esto no supone desprestigiarlos. Son eruditos, pero no creadores filosóficos. Ortega lo fue, Bueno lo es. Pero, insisto, no estoy de acuerdo en considerar a Marías un autor de quinta fila.

-Primero fue republicano y luego monárquico.

-Era republicano y monárquico.

-¿Y eso era coherente?

-Fue republicano en una época y llegó un momento en el que vio que la figura de Juan Carlos I en la transición era la persona que podía calmar todo y llevar a España hacia adelante. Consideraba que España no podía volver a cometer errores del pasado. Estaba en contra del continuismo franquista y era un feroz anticomunista. También es un crítico de la leyenda negra porque, a su juicio, no sólo descalifica a un país por su pasado, sino de cara al futuro. Él dice que la clave de esto, y ayer salió en el debate, es que el PSOE tiene una visión negativa de la historia de España, y que eso marca todos los análisis que se hagan. Ortega se tragó la leyenda negra, Marías no.

-¿Su visión de Cataluña?

-Marías tiene un librito, "Consideración de Cataluña", de 1966. Intenta ser todo lo justo y benévolo que puede, pero no advirtió del peligro de la utilización política de la lengua. Nosotros añadimos que las lenguas son un instrumento de comunicación, pero también de separación. Él tenía una frase muy famosa: "No intentar contentar a los que nunca van a contentarse". Siempre vio a Cataluña como parte de España. Durante el debate de la Constitución, fue muy crítico con las nacionalidades: consideraba que eran un error total.

-¿Su relación con el franquismo?

-Desde principios de los años 50 rebate la idea de que España no ha producido nada. Rompe con el mito del franquismo como una época oscura. Y cita una retahíla de nombres en los ámbitos del pensamiento, científico, artístico... Otra cosa es el aspecto político. A Marías le cayeron palos por todas partes. Siempre encajó mal en todos los sitios, aunque es verdad que le fue muy bien. Fue una "rara avis".

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