El padrastro tenía intención de matar al pequeño Imran Chardoud y su madre, que presenció cómo lo arrojaba violentamente contra las paredes una y otra vez, no hizo nada, aún pudiendo, para evitarlo. Es el relato que hace del "crimen de la maleta" el fiscal del caso, Tomás Álvarez-Buylla, que imputó ayer formalmente tres delitos de asesinato, lesiones y profanación de cadáveres a Fadila C. S., la madre, y a su pareja, David F. V. A él, gallego de 32 años, lo considera autor material de la muerte del niño, de 21 meses. De ella, marroquí de 20, dice que estaba presente y que "pudiendo auxiliar a su hijo omitió de modo voluntario toda ayuda, tanto durante la comisión del hecho como posteriormente y de modo inmediato".

El ministerio fiscal presentó ayer en el Juzgado de instrucción número tres de Oviedo, que dirige Begoña Fernández, el acta de imputación de los hechos, al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA. Los dos acusados fueron trasladados desde las cárceles de Villabona y Mansilla para escuchar a lo que se enfrentan. Se sentaron juntos, pero no se miraron. Fadila se pasó la mayor parte del tiempo llorando. El fiscal sitúa la muerte del niño durante la última semana de octubre de 2014 en el piso que compartían Fadila, David y el niño en la calle Vázquez de Mella. En un momento determinado, el padrastro se dirigió a la habitación del menor, que estaba despierto. A partir de ese momento, según el fiscal "sin motivo aparente, con propósito de causarle la muerte y a sabiendas de no ser necesario para ello, con el fin de producirle sufrimientos innecesarios, comenzó a abofetearlo en múltiples ocasiones, lo que produjo que el menor llorase desesperadamente". Según la Fiscalía, David respondió "agarrándolo fuertemente" para "al menos en tres ocasiones arrojarlo violentamente contra la pared, la cama y el suelo de la habitación, agrediéndole repetidas veces, dándole diversos puñetazos en el abdomen y otras partes del cuerpo". Todo este rosario de brutales agresiones le produjeron al niño un politraumatismo exterior e interno, con múltiples fracturas óseas y orgánicas, que le provocaron una parada cardiorespiratoria "por abolición" de las funciones vitales.

La Fiscalía también relata que, una vez fallecido Imran, los dos acusados "con la finalidad de ocultar la muerte del menor" lo introdujeron en una maleta pequeña envuelto en una manta y lo trasladaron hasta las inmediaciones del apeadero de La Argañosa "donde lo arrojaron y lo abandonaron entre unos matorrales, todo ello con el fin de deshacerse del cuerpo", que finalmente fue descubierto por unos operarios que limpiaban las vías el día 3 de noviembre del año pasado.

Concluye el ministerio fiscal explicando que, posteriormente "y con el fin de lograr la impunidad o entorpecer la labor policial, se trasladaron ambos a la ciudad de León, tras regalar la ropa y enseres del menor a terceras personas desconocedoras de los hechos".

A la comparecencia de ayer en el Juzgado se incorporó el letrado de la acusación particular sostenida por la hermana de Fadila, Pablo Díaz Carrera, que acaba de personarse en el procedimiento. También estuvieron presentes la letrada de la defensa de Fadila, Belén González y el defensor de David, Fernando de Barutell. Este último solicitó que el delito de lesiones no sea juzgado en el mismo procedimiento, por suceder en fechas diferentes. La letrada de la madre del menor asesinado pidió que se incorporen al procedimiento las imágenes de unas cámaras de seguridad cercanas al apeadero y también las de unas entidades bancarias próximas al domicilio de la pareja en la calle Vázquez de Mella. También solicitó la testifical de una mujer que vive frente a las vías del tren. Por último, la abogada pidió la libertad de su defendida, un extremo que rechazó de plano el fiscal, quien pidió que se mantenga la situación actual: prisión preventiva a la espera de juicio.